Capítulo 7

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Ciudad del Cabo, Sudáfrica, 25 de diciembre de 2017.

Luan se hallaba en la playa junto a su familia. Habían ido a cenar y luego a por una copa. La zona estaba realmente animada, y las personas se la pasaban muy bien. En Sudáfrica era verano, así que resultaba muy habitual disfrutar de la Navidad y del fin de año al aire libre rodeados de las personas que amaban.

El biólogo sonrió cuando observó a su hermana bailar con su esposo; cerca de allí, sus padres también lo hacían. Él había decidido quedarse sentado mientras disfrutaba de una cerveza cuando su teléfono vibró encima de la mesa. Lo tomó algo despreocupado hasta advertir que se trataba de un número que no conocía. El mensaje que recibió lo dejó casi sin habla, y a punto estuvo de ahogarse con un sorbo de cerveza.

―¡Santo Dios! ―exclamó en voz baja. Mentiría si dijera que ya no pensaba en ella. A pesar de eso, jamás creyó que le escribiría.

"Hola, Luan: Soy Caroline. Gracias por el libro, he disfrutado mucho su lectura y ha sido un gesto muy bonito de tu parte. ¡Feliz Navidad!"

Luan no sabía qué responder, pero se obligó a hacerlo ya que la princesa continuaba en línea.

"Qué linda sorpresa. ¡Feliz Navidad!" ―envió. Luego se forzó a escribir algo más para establecer conversación. ¿Gustaría Caroline de charlar con él?

"Estoy con mi familia en Ciudad del Cabo visitando a mi hermana que se casó el año pasado. Aquí el tiempo es magnífico, pues es verano, y me encuentro cercano a la playa tomando una cerveza mientras los demás bailan. Espero que pasen felices fiestas."

Caroline demoró un poco en responder, ya que estaba redactando un párrafo un poco más largo. No podía negar que, del otro lado del mundo, también se sentía bastante nerviosa.

"Disfruten del buen tiempo y del verano. Yo me encuentro en Vaduz, en casa, con mi familia. Esta noche ha nevado un poco. Las luces del centro son muy hermosas en esta época, y el mercado de Navidad es un sitio especial. He ido a visitarlo con mi hermano y he comprado un obsequio de Navidad para ti. Espero que te guste".

¡Un obsequio! Luan no salía de su asombro. No se trataba del valor material de aquel presente, sino de lo que pudiera significar.

"Muchas gracias por recordarme, eso para mí es lo más importante. Yo he pensado mucho en ti y lamento cómo terminaron las cosas en nuestra última conversación. Discúlpame".

La princesa suspiró con el teléfono en las manos.

"No hablemos de ello, todo está bien" ―afirmó.

"Espero que pronto puedas venir a Timbavati". ―respondió él.

"Yo también lo espero". ―Últimamente era lo que Caroline más quería. En un impulso, mandó una fotografía.

Luan recibió una hermosa instantánea con un árbol de Navidad gigante, plagado de luces. Había nevado un poco, dándole un aspecto hermoso e invernal. En primer plano reconoció el perfil de Caroline. Tenía la cabeza levantada mirando hacia la estrella de la punta. Un pequeño mensaje, le explicaba lo que estaba viendo:

"Es el árbol de Navidad de la Plaza del Ayuntamiento. La tradición dice que, si se pide un deseo frente a él, se te concede". ―le contó nerviosa.

"¿Y qué pediste? ―Luan no podía controlar su ansiedad.

"Viajar a Timbavati, que Justin pudiese realizar su documental, y que tu investigación tuviera éxito". ―confesó.
Luan no podía creerlo. ¡Ella había pensando en él!

"El mejor regalo que podrías darme es tenerme presente en tu deseo de Navidad. Gracias...".

"Por nada. ¡Buenas noches!". ―Y con esa sencilla despedida, Caroline dio por terminada la conversación.

Timbavati Love ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora