✨ANA, LA DISTRAIDA✨

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ANA COLLINS

Como pude, a la mayor velocidad traté de ponerme mi uniforme, y peinar mi cabello. El cual estaba muy enredado, más de lo normal. Nisiquiera pude ponerme un poco de maquillaje para cubrir las ojeras. Parecía un zombie viviente. Tal ves el primer zombie que existia era yo.

—señorita Ana. ¿Está bien?.

—¿Me veo tan mal César?—estaba fatal lo sabía, y César quien siempre me llevaba al instituto lo notó.

—¿Otra vez te has estado desvelando, Ana?— el señor de 50 años, con cabello canoso, piel blanca y barba. Estaba intentando interrogarme.

—Ana, te está haciendo mal, tienes muchas ojeras, ¿acaso la señora Bianca no se ha percatado de tu estado?.

—No, es que los he estado evitando estos días, por esa misma razón, ya los conoces César podrían pensar que consumo drogas—subí al auto.

César me miraba atravez del espejo, mientras charlábamos de la vida. —dime, ¿ya has conseguido novio?—me hacía todos los días la misma pregunta,Yo solo agache mi cabeza, esa era mi respuesta.

—Ya veo, tranquila linda, conocerás el amor en cualquier momento ya lo verás— trataba de darme ánimos, aunque yo ya no lo necesitaba.

—Verás, creo que estoy mejor así, aveces pienso que tener novio seria muy cansado y comprometedor, y ya me conoces. Odio los compromisos—respondí tajante.

—Hemos llegado señorita Ana, que se divierta hoy.

—Gracias, tú también. Adios.

Bajé del auto y me dirigí hacia dentro donde me encontré a Elena. -¿Qué rayos te pasó Anni?- Elen, se miraba muy sorprendida, había dejado caer su refresco al suelo al verme.

—Tranquila, estoy bien...creo, solo ayer no fue mi mejor noche ya sabes....

No pude terminar de hablar pues veía a las demas chicas acercarse y me quedé callada, bocabierta y con los ojos abiertos como platos.

Vero, Sofia y Karla estaban llegando y se dirigían hacia nosotras. Al parecer ellas se veian peor que yo. Y no sabía que rayos estaba pasando, ellas siempre llegaban relucientes pero hoy estaban fatales—Y a ustedes que diablos les pasó—Elena estaba demasiado sorprendida, sus ojos estaban mas abiertos de lo normal.

—Vero, ¿no eras tú, la que siempre viene bien peinada?—preguntó con los ojos entrecerrados.

Vero solo miraba a Elena confundida
—les explico chicas, la razón de todo esto—respondió.

Yo estaba abrazada a Elena, estaba terminandome de dormir.

— Miren chicas, la razón por la cual nos vemos así es porque nos quedamos viendo una serie. No estabamos juntas cada quien la vio en su casa, y como todo estaba tan bueno nos quedamos hasta tarde viéndola. Claro yo llegué hasta las 5 de la mañana, no sé ustedes chicas.

— yo igual—respondió la pelinegra.

—Obvio yo también ¿que esperaban.

—Anna!— Elena estaba a punto de caerse, por mi peso, había quedado dormida durante la explicación de las chicas.

—¿Qué sucede?—respondí limpiándome la baba

Literalmente Te Soñé. (Gratis). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora