EL SUEÑO REGRESÓ

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ANNA COLLINS

Llegué a casa, todo estaba normal, excepto que hoy la noche estaba muy fría.

—Ya llegué—nadie respondió. Busqué a mis padres por toda la casa, pero no estaban—Seguro tuvieron una emergencia—dije mientras intentaba encontrar mi jugo de naranja en el refrigerador.

—Anna, ¿acabas de llegar?— Victor quien recién salía de su habitación. Con el cabello desordenado. Seguro estaba dormido el fastidioso—nuestros padres tuvieron una emergencia en el trabajo, así que salieron hace 2 horas—respondio y se acercó a la cocina para buscar un vaso y beber del jugo, mientras me contaba lo de mis padres—Ho entiendo— dije un poco decepcionada.

—¿Sabes si vendrán rápido?— le pregunté al chico, quien disfrutaba del jugo mientras a cada segundo bostezaba del sueño, soy yo la que debería estar así, hoy fue un día largo y aun mas con lo de Estevan.
—no me lo dijeron niña de cabello desordenado—Era el quien tenia el cabello desordenado y intentaba fastidiarme, siempre lo hacia. Pero esta vez no siguió con su plan. Me miró por unos 5 segundos, no sé porqué pero se veía preocupado y ya no parecía tener sueño—¿Te sucedió algo Anna?, te ves muy preocupada e inquieta— carajo lo que me faltaba, este tonto sabía que algo me pasaba y ahora no dejaría de preguntarme hasta obtener la verdad.

—Dímelo, dímelo, dímelo, dimelo—el rubio no dejó de preguntar y Mi paciencia se estaba agotando y quería patearle la cara, pero quería hablar lo que me había sucedido así que accedí.

—Bien, te diré. ¿Recuerdas a Estevan?—si—dijo el tonto, mientras seguía bebiendo del jugo.

—Bueno, lo que pasa es que...creo que le gusto—dije un poco nerviosa.

—¿Qué?— dijo, con los ojos demasiado abiertos. Parecía que no me creería. —Estevan gusta de ti?— es lo que te estoy diciendo tonto.

—Si, ahora dijo que mis ojos eran muy bonitos, y por eso lo digo.

Me miró por unos segundos—Anna, no porque te haya dicho eso gusta de tí, quizá lo dijo y ya. Además, ¿no son amigos?.

—si, lo somos. No quiero que guste de mí, solo lo veo como un amigo y ya—
respondí preocupada.

—Tranquila Anna, tal vez estas sobrepensando todo, mejor pregúntale tú misma para salir de la duda—como si fuera tan fácil. Todo el tiempo evito a Estevan por la simple razón que me molesta y me roba mi comida y ahora con mas razón. Si gusta de mí, me sentiré aún más incómoda ante el.

—Olvidalo, lo dejaré así no pienso hablar con el, o seguirá fastidiandome sobre lo distraída que soy—le dije, mientras me levantaba y me dirigía a mi habitación.

—¡No te podrás salvar del amor Anna!, si no te enamoras de Estevan de otro chico lo harás!—gritó desde la cocina. —como sea—respondí de mala gana mientras cerraba la puerta. Me agobia pensar en que podría enamorarme de alguien. A pesar de que la noche anterior le preguntaba a la luna si conocería a mi chico ideal—nunca podré entenderme— murmuraba tirada en mi cama—¡dios del sueño ven a mí, y hazme dormir ya!—grité bajo mi almohada la cual estaba muy fría. Y así fue, otra vez caí en un profundo sueño.

Sabía perfectamente que hoy no me encontraba en la playa, pues no sentía nada húmedo sobre mis pies; al contrario. Sentía algo cómodo y muy suave. Césped. Estaba en un bosque tampoco pude reconocerlo. Solo recuerdo que habían muchos pinos, árboles que nunca jamas había visto, además de que habían muchos cerezos.  Pero eran muy bonitos, los cuales estaban adornados de muchas flores de diferentes tipos. Y de todos los colores, escuche un ruido un poco conocido. Era una cascada el agua transparente brillaba demasiado pero era porque la luna la iluminaba—Rayos para ser un sueño, hace mucho frío aquí— dije mientras seguía caminando en el bosque misterioso. Me detuve a ver las flores. Y baya eran preciosas. Habían rosas y otras de otro tipo. Seguí caminando, pero a lo lejos observe a una silueta que me estaba viendo.

Era el mismo chico de aquel sueño. Esta vez traía puesta, una camisa negra Y unos short. Tenía su cabello despeinado, rayos se veía demasiado hermoso—H-hola—dije con mi voz entrecortada por el nerviosismo y el miedo que me recorría en ese instante.

—¿Quién eres?—dijo aquel chico misterioso. Su voz era muy linda—Esa misma pregunta te hago a tí— respondí, mientras ambos caminábamos para poder vernos de cerca se quedó observándome por unos segundos—Lindo vestido.

¿Acaba de ver lo que traía puesto?. Nisiquera lo había notado, traía un vestido blanco hasta las rodillas, no lo negaré era bonito—G-gracias- dije nerviosa—Me gusta tu cabello— lo señalé mientras observaba lo alto que era. Era casi más alto que Estevan—¿es lindo verdad?—dijo el chico un poco feliz por lo que había dicho—Pareces una niña de 16 años—dijo un poco burlon.
— es por mi estatura, tengo 18—
trataba de no quedar como una tonta. El solo me siguió observando.

Queria preguntarle su nombre, pero nuevamente el despertador arruinó mi sueño—¡No tienes algo mejor que hacer despertador!—dije muy molesta. —¡Ahh!, ¿quien rayos es ese chico? ¡y porque aparece en mis sueños!— estaba literalmente gritando en mi habitación, juraría que mis padres escucharon lo que dije, pero nadie llegó a mi habitación—esto no me puede estar pasando, se siente como si no hubiese dormido toda la noche, estoy muy cansada—seguía, y seguía murmurando mientras alistaba mis cosas para irme al instituto.
—Por lo menos hoy no me veo tan fatal.
Me comí un pan tostado con mermelada, mientras salía a toda velocidad hacia el instituto. En todo el camino, seguía pensando en aquel chico, y preguntándome cuál sería su nombre ¿acaso existirá?. Muchas preguntas rondaban por mi cabeza y no se irían tan fácil.

Estaba en el salón de clases junto al cuarteto de 5, esperando a la maestra Jessica. Vero se acercó a mi
—¿estas bien?—dijo la pelinegra mientras me miraba preocupada.
—Si, lo estoy no te preocupes—Intentaba evitar toda clase de pregunta, solo me hacía recordar el sueño de anoche y al tonto de Estevan.

Era la hora del almuerzo y junto al cuarteto de 5 fuimos a la cafetería—muero de hambre—dijo Elena junto con Sofia. Mi estómago comenzó a rugir, también moría por comer algo de comida. Nos sentamos en una mesa que encontramos libre. De pronto llegaron los novios de las 3 chicas. Solo yo y Sofia no teníamos un chico aun. Nos saludaron a todas y se sentaron junto a sus novias. Todo pudo haber ido bien, pero junto a ellos estaba Estevan. [Carajo que hace este aquí]. Dije en mi mente. Elena notó que no estaba bien, y me tocó una pierna. Lo cual hizo que diera un brinco en la mesa. Todos voltearon a verme.

—Lo siento, un calambre—me excusé mirando con una mirada matadora a Elena. Ella solo sonrió pícaramente.

—¿Qué los trae por aquí?—dijo sofia mientras comía su Hamburguesa.

Lucas el novio de Vero, llegó con un refresco para el y ella.
—es porque habrá una fiesta por mi cumpleaños en unos meses, y ustedes son las primeras invitadas— dijo, abrazando a Vero.

Estevan me miraba, muy raro y trataba de evitar su mirada—¿Así?—dije tratando de tomar tranquilamente mi refresco.

—Anna, ¿si vendrás verdad?— Vero me sacó de esos pensamientos—pediré permiso a mis padres Amiga— le dije mientras seguí incomoda por la mirada de Estevan que aún seguía clavada en mí.

—Anna—me llamó Estevan.

—Tienes que ir a esa fiesta, sera de las mejores
fue lo que dijo el castaño.

—Escápate—dedujo Karla.

—Buena idea—respondieron todos al unísono.

—¡Cállense par de locas!—les reproché Me miraron y comenzaron a reír. El novio de karla me llamó dramática. Otro a la lista—Dejen a la linda Anna— defendió Vero.
—La ayudaré a escapar yo, no sé preocupen—dijo la pelinegra y ahora era a ella a quien estaba viendo con una mirada matadora.

Literalmente Te Soñé. (Gratis). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora