22. No lo recuerdes.

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ANNA COLLINS

La noche de ayer había sido repentina junto con las experiencias que tuve.

Recuerdo haber bailado con Alex casi toda la noche, y también lo recuerdo a él fulminando con la mirada a todo aquel que me dedicaba una mirada..una maldita mirada ¿desde cuando era tan posesivo?. Pero eso no era lo que me preocupaba; no, recuerdo haber bebido más bebidas que contenían alcohol y no los zumos de naranjas. Cuando habían dado la una, mi teléfono comenzó a vibrar. Voy saliendo de casa, llego por tí en unos minutos. Si, había olvidado que Victor iría a recogerme, entonces hice a un lado a Alex el cual cayó en un costado del sofá por lo mareado que estaba.
Creí tener alguna esperanza, o ayuda pero no; todos mis amigos estaban borrachos, babeaban y vomitaban todo lo que podían ¿Qué rayos habían tomado? OK, lo admito yo también bebi pero solo fue un poco. Perdía entonces las esperanzas cuando pude observar a Karla en uno de los pasillos con unas gomas de mascar, sabía que ella no estaban tan borracha como los demás y al igual que yo intentaba quitarse por lo menos un poco el olor a alcohol, así que fui y me acerqué a ella para robarle su goma de máscar. Me fulminó y me dijo que me mataría pero en esos precisos momentos ya no me importaba si moría...me importaba aún más las represiones que Victor me daría.

Alex estaba tumbado en el sofá, con una mirada de ¿quien soy?, ¿soy humano? Y aún así se veía tierno, sabia que mi mente me estaba jugando demasiado sucio junto con el universo así que lo maldije mientras miraba como una boba al borracho de Alex. Era impresionante y difícil de creer que nos habíamos besado y luego el se encontraba como si nada allí, cuestionandose sobre su existencia y mirando sus dedos como si fuesen las cosas más extrañas que hubiese visto. Algo tenía que hacer, y la ventaja de todo esto era que estaba borracho así que no recordaría nada al día siguiente. Y yo me aseguraría de eso.

Luego de todo eso, Victor llegó y cuando subí al auto me observó por varios segundos solo para decirme te ves fatal. Claro era Victor ¿de que debía sorprenderme?. Pero al menos todo había salido bien, excepto lo del beso con la momia; debía planear algo y rápido. Tal vez borrarle la memoria, si, si. Los hombres de negro tienen un borra memorias, solo debo contactarlos y pedírsela prestada para así llevar acabo mi maléfico plan.

Reí torcidamente por las estúpidas ideas que tenía en esos momentos. Para después quedar rotundamente dormida en una posición extraña en mi camita.

Al día siguiente.

—¡Señorita!

Bajé la mirada.

—¡Una explicación es lo que exijo en este instante!—reprendió el profesor.

Tartamudié, no solo por sus palabras y lo firme que se miraba sino, porque todos me miraban horrorizados incluyendo a la momia.

—D-discúlpeme profesor—Dije casi llorando.—Prometo, esta vez lo prometo no volverá a pasar.

Me miró con autoridad y con esa mirada sería la cual intimidaba hasta al mismisímo Director—Muy bien, última vez señorita Collins; pero me temo que tendré que otorgarle un castigo ¿entendido?.

Asentí avergonzada y entré al salón.

Nuevamente habia llegado tarde...la resaca...los recuerdos. MALDITA SEA.

Observé a mis amigas, y lucían realmente fatales hasta los hermosos rizos de Sofia estaban desaliñados, por dentro estallaba en carcajadas porque realmente lucían muy graciosas y no solo ellas, también los chicos. Ellos parecían muy somnolientos, además de que tenían una cara de ¿que coños hacemos aquí?. Todo era muy gracioso a pesar de la terrible vergüenza que el profesor me había hecho pasar...terrible.

Literalmente Te Soñé. (Gratis). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora