LA LLEGADA

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ANNA COLLINS

LAS 6:00 A.M.

—¡Carajo otra vez llegaré tarde!—
Estaba convencida que salir de mi casa de prisa se había vuelto una rutina los últimos meses—Mamá, papá me voy al instituto—Un silencio fue lo único que me respondió. Mis padres no estaban...De qué podria sorprenderme nunca estaban. Salí hacia afuera donde César estaba esperándome, subí al auto y nos dirigimos hacia mí destino.

—¿Otra vez olvidaste poner la alarma o programar el despertador Anna?. Otra rutina que había estado repitiendo los últimos meses eran las preguntas de César, me conocía muy bien. Sabía que yo era la típica chica distraída que se olvidaba hasta la ropa que llevaba puesta el día anterior—Si, últimamente se me ha olvidado mucho, muchísimo.

Llegué al instituto, donde mis amigas me estaban esperando en la entrada.

—Anna, no creerás lo que está pasando—Otra vez Karla salía con otra sorpresa.

—Tenemos que ir al salón de clases. Que lo vea ahí—Dijo Elena muy tranquila.

—Tienes razón, además pueda ser la oportunidad de nuestra linda Anna—a Sofia se le iluminaban los ojos.

—Vamos Anna, no les hagas caso a estas lokas y entremos al salón—Vero me sostenía de mi mano, y entramos.

Todo estaba tranquilo desde mi punto de vista claro. Pues notaba a mis compañeros algo intensos y muy ansiosos, como si esperasen a alguien. La maestra entró al salón y junto a ella realmente no podía creerlo, era el mismo chico que había visto en mis sueños y literalmente lo vi en mis sueños. No podía creerlo deverdad existía. —Rayos—Dije en voz baja. La maestra se paró junto frente a todos com el pelinegro de su lado.

—Buenos días mis queridos alumnos. Este día tenemos a un nuevo integrante en el Instituto Backye. Por favor resivanlo bien y ojalá sean amigos todos.

Todas las chicas comenzaron a murmurar sobre lo lindo que era ese chico misterioso. Incluso hasta las lokas de mis amigas. Las cuales tenían novio.

—Por favor querido presentante delante de tus nuevos compañeros de clases y amigos—La maestra al parecer estaban encantada con su presencia.

El chico con una voz que parecia forzada y un poco lento al hablar—Hola a todos, mi nombres es Alex Andersson. Tengo 19 años me he mudado a este nuevo lugar?. Un gusto. Y eso fue todo lo que salieron de sus labios muy bien formados. Y yo como una estatua, y sonriendo como una boba solo lo miraba. La maestra le indicó donde debía sentarse.

Al momento que se dirigía a su asiento, volteó y fue donde se fijo de mi presencia. Y realmente no sabía distinguir si me miraba porque tenía algo en la cara o porque no le agradaba. Pero cruzamos miradas, sus profundos ojos grises estaban mirándo directo a los míos. No pude seguir haciendo contacto visual así que desvié mi mirada hacia la ventana.

El tal Alex, se dirigió a su asiento. Y yo estaba sudando y mucho, había palidecido. Y temblaba y odiaba haber sonreído como una boba enamorada al momento de su presentación.  ¿Acaso a ese chico lo crearon los dioses?. Porque era muy guapo, su cabello desordenado sus ojos grises, su piel pálida. Puedo asegurar que vi atravez de su uniforme el cual le favorecía  su abdomen. Ese chico embobada a cualquiera. Todas estaban bocabiertas con su llegada, que hasta chicas de otra sección quería entrar a la nuestra.

Pasé toda la clase, intentando no mirar al chico que había sido creado por los mismísimos dioses. Pero debia aclarar algo. Y era porque ese chico había aparecido en mis sueños, debía saberlo pero no quería hablarle, no aun.

La clase había terminado así que me dirigí junto a mis amigas a la cafetería. Buscamos un asiento y ahí permanecimos.

—Vieron al chico nuevo?. Es muy guapísimo!—Elena era otra que había caído en su embrujo y en el poder que tenía ese chico de poner a todas a sus pies en tan solo unas horas.

Literalmente Te Soñé. (Gratis). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora