segunda parte.

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ANNA COLLINS

Tenía que ser una maldita broma. Deseaba escaparme de esa realidad, podría haberme quedado en casa, pude haber fingido estar enferma. O pude simplemente quedarme en mi habitación. Pero la realidad era que el tal Alex venia hacia mí misma dirección junto con los chicos de mis amigas. Se veía confundido pero aún así no desvío su dirección. Nuevamente volví a ponerme pálida y creo que lo notó, justo cuando llegaron a nuestra mesa posó su mirada en mí. Parecía sorprendido, otra vez no sabía distinguir si estaba haciendo contacto visual conmigo o estaba viendo mi cara la cual estaba más pálida que lo normal.

—Chicos por fin llegan!— Vero se lanzó hacia su novio lo cual era normal, siempre lo hacia. En fin nunca comprendería ese impulso porque yo no tenía novio. Y Alex era solo un simple chico que vi en un sueño nada más.

Kevin se sentó junto a Karla, Estevan junto a Sofia, Lucas con Vero y Charlie con Elena. Y o no, no no no. Alex estaba parado intentando encontrar un asiento libre y pum!. Posó nuevamente su mirada en mí. Había uno libre y procedió a sentarse junto a mi, lo cual hizo que me pusiera roja como un tomate y comenzara a temblar.

—Bien, que te parece este lugar Alex. —comiendo un sándwichpreguntaba Lucas el cual abrazaba a Vero.

—Bueno, no me quejo tengo que adaptarme—No parecía muy satisfecho, en realidad no ocultaba su irritación hacia este lugar.

Y yo siendo la más torpe, por accidente puse mi zapato encima del suyo.

—Lo-lo siento—seguramente no era uno de mis mejores dias.

Nisiquiera respondió, seguía poniendo toda su atención hacia los chicos y comía de su almuerzo. Sentí un momento en el que todo se posó en un retorno silencio, y Alex estaba mirándome mi cabeza daba vuelta por alguna razón no me sentí agusto y temía hablar con el.

—Te me haces muy conocida. Anna es tu nombre real—¿Qué clase de pregunta era esa?.

—Claro que es mi nombre real, ¿Ho es que acaso parezco una celebridad que está escondiéndose de los paparaxis, o parezco una asesina que cambia de identidad para no ser encontrada?

¡Rayos! Mi dramatismo había llegado.

—No pareces una celebridad y tampoco tienes un parentesco con ningún asesino, luces demasiado torpe y no creo que seas capaz de matar ni a una mosca.

No sabia si sentirme aliviada ante su comentario u ofendida. Que pasaba por la mente de este ser sin sentimientos?.

—Solo creí haberte visto en algún lado, pero me he equivocado, lo siento—siguió comiendo—tus amigos tienen razón eres muy dramática.

Ja, lo que me faltaba, este desconocido tenía el valor de llamarme así, nada más  llevaba unos pocos minutos de hablar con el que por cierto no fue nada agradable.

—¿Disculpa?—Dije ofendida.

Me miró por unos segundos sin haberse dado cuenta de lo que había dicho, hasta que se percató de ello.

—Lo siento—fue lo único que dijo.

—¡He terminado de comer!, debo ir a estudiar para la siguiente clases las veo en el salón chicas!—me levanté y salí de ahí a pasos largos.

Pude ver a todos mirándome confundidos, Estevan casi se atraganta con su pedazo de Hamburguesa por lo que Sofia tuvo que darle unas palmadas en la espalda.

Quería que me caera un rayo. Me había levantado de golpe de la mesa y había dicho esas palabras, mi bocota no pudo quedarse callada. Dejé de caminar hasta que llegué a uno de los pasillos los cuales conducían a la azotea. Así que camine y permanecí ahí hasta que se llegase la hora de la siguiente clase.

Literalmente Te Soñé. (Gratis). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora