Capítulo 6

961 98 15
                                    


-----------------------------------------------------------

Bueno, de alguna u otra forma había acabado en medio del mar navegando con un pedazo de pan que tenía a un hombre pegado por debajo.

—Dios, no sé cómo pudiste soportar tantos días comiendo sólo pescado— se quejó dicho hombre—, yo ya no aguanto y sólo ha pasado una semana.

Thatch se inclinó sobre el barandal desesperado. Los dos estaban tratando de pescar su próxima comida, aunque muy en el fondo esperaban no pescar nada si eso significaba que no tendrían que seguir comiendo peces.

Ace simplemente se encogió de hombros, sólo pensar en peces lo hacía querer vomitar. No sabía que tan harto estaba de ellos hasta que probó la comida de Thatch; no lo iba a admitir, pero su comida era realmente deliciosa, tanto que por un momento se le había olvidado que en realidad estaba compitiendo contra Thatch y simplemente se dejó llevar por el sabor e inhaló toda la comida que pudo.
Después de comer algo tan rico y variado, volver a comer pez lo hacía querer morir.

Sintió un pequeño tirón en su caña de pescar e hizo una mueca.

—Creo que pesqué algo.

Thatch lo miró indiferente.

—Yujú— dijo sin nada de emoción.

Ace tiró de la cuerda y miró el pez que acababa de pescar, se veía como...un pez. Esperaba que por alguna clase de milagro fuera otra cosa, cualquier cosa, pero no, seguía siendo sólo un estúpido pez.

—Cocínalo— le dijo a Thatch mientras le acercaba el pescado. Thatch sólo hizo una mueca y lo tomó alejándolo lo más que podía de su cara.

—¡Ay, ya estoy harto!— gritó tirando el pez contra la cubierta.

—No lo estarías si no te hubieras acabado toda la comida-yoi.

Los dos voltearon para ver a Marco acercándose a ellos. Ah, sí, a Ace se le había olvidado que no sólo estaba atrapado con un pedazo de pan sino también con una piña .

—¡Marco!— se quejó Thatch— al menos deberías ayudarnos a pescar o algo.

—Escuchaste a Oyaji, ustedes son los que deben de conseguir la comida-yoi. Sólo estoy aquí porque Oyaji me dijo que viniera.

—Tacaño—murmuró.

—Te envió para cuidarme ¿verdad?— dijo Ace mirándolo con odio— Para asegurarte de que no escape y no mate a Thatch en el proceso.

—¿¡A mí?!

Marco lo miró con expresión aburrida.

—Si eres como Oyaji piensa que eres no harás ninguna de los dos cosas.

—Tch, ¿Y a mí qué me importa lo que piense ese viejo?

—¿Entonces matarás a Thatch y huirás?—preguntó inquisitivamente sin dejar de mirarlo.

—¿¡Pero por qué yo?!

Ace miró a Marco con determinación antes de contestar.

—Yo nunca huyo. Tengo un objetivo y planeo cumplirlo, así que escúchame bien, yo no voy a huir de su estúpido barco hasta que el viejo no haya muerto.

Ace apartó la mirada y la fijó en el horizonte. Puede que ahora esté atrapado entre un montón de idiotas, pero no sería por mucho tiempo.

—En cuánto a lo de Thatch —agregó—, no puedo asegurar que no lo echaré por la borda.

I Bet My LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora