Capítulo 12

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Mención honorífica a @mokey_D_cirip que en el capítulo anterior me dijo, y cito "yo sabía que no eras tan bruta".
Verdaderas palabras motivacionales jajaj

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Se encontraban en un lugar oscuro y húmedo, sólo tenían una pequeña lámpara de aceite para iluminarlos, lo que en realidad no era un inconveniente considerando que uno de ellos era una antorcha humana, pero Thatch había insistido vehementemente que era necesaria para crear ambiente.

—¿Qué opinas? Lindo, ¿no?

Ace asintió distraídamente. Thatch necesitaba replantearse su definición de "lindo".

—¿Estás seguro de que Marco no nos encontrará aquí?

—Nah, probablemente ya sepa que estamos aquí, pero tiene mucho trabajo que hacer como para molestarse en venir aquí abajo y vigilarnos, es el lugar perfecto.

Había pasado una semana desde el incidente de Izo. En esa semana no habían hecho ningún otro movimiento para matar a Barbablanca porque Marco los tenía vigilados como si fuera un halcón en vez de una gallina. Tener una especie de guarida secreta se convirtió rápidamente en una necesidad y Thatch conocía el lugar perfecto.
Bajo cubierta, cerca de donde guardaban la pólvora, había un espacio vacío en el barco. Era un lugar donde realmente no iba nadie por una u otra razón y en vez de eso utilizaban ese espacio para "guardar" todo lo que no tuviera lugar en alguna otra parte del barco. Un cuarto de tiliches en pocas palabras.

Suficientemente espacioso como para que los cuatro cupieran cómodamente, suficientemente aislado del resto de la tripulación y con un montón de cosas a su disposición. Era el lugar perfecto.

—Entonces...— empezó Thatch— ¿ya vas a contarme sobre lo que hablaste con Oyaji?— preguntó burlón.

Ace inmediatamente enrojeció y agradeció que estuviera lo suficiente oscuro como para que alguien lo notara.

—Ya te dije que no fue nada. Sólo me estaba manteniendo alejado de Izo.

—Oh, vamos Ace. ¡Sólo dime! Necesito saber.

—Claro que no.

—Claro que sí.

—¡Que no!

—¡Que sí!

—Bueno, ¿y tú piensas contarme qué fue lo que les hizo Izo a ti y a Haruta?

Thatch se estremeció y si la iluminación fuera otra, Ace podría haber visto su cara ponerse más blanca que una hoja.

—Tienes razón, mejor olvidemos que ese día alguna vez pasó.

—De acuerdo.

—Oh, vamos, déjense de tonterías— dijo Izo sentado sobre una caja de madera— No fue tan malo.

—¡Sí lo fue!— gritó Haruta temblando— No quiero volver nunca más a tu cuarto, Izo.

Izo rodó los ojos.

—Mejor enfoquémonos en matar a Oyaji. Para eso estamos aquí, ¿no? Ace, ¿tienes algún plan?

—Bueno, planeaba atacarlo en la noche otra vez...

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