Capítulo 17

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Durante toda una semana Ace no dejó de ver la cara de Luffy en todos lados, cortesía de Thatch.

El muy cretino había ordenado periódicos sin parar, todo para conseguir tantos carteles de recompensa como pudiera, incluso había ido tan lejos como para ofrecer ridículas sumas de dinero por obtener aún más, era una locura. Luego pegó cuidadosamente todos esos carteles en cuánto lugar existiera dentro del barco.

Había carteles en la cubierta, carteles en las paredes, carteles en las mesas del comedor, carteles en el baño, carteles en la espalda de Oyaji.
Lo primero que veía al despertar y lo último que veía antes de dormir todos los días y noches era la cara de Luffy sonriendo con esa estúpida sonrisa.
No importaba lo que hiciera, no importaba cuántos carteles quemara, Thatch encontraba alguna manera de tener el Moby totalmente tapizado. Ace casi se vuelve loco.

Las cosas sólo mejoraron cuando Thatch fue enviado por Oyaji a una de las islas protegidas que estaba bajo ataque.

Thatch insistió que Ace fuera con él pero Ace se negó una y otra vez, ¿Thatch y Ace juntos en un pequeño barco? terminaría matando al cocinero y sería muy difícil reemplazarlo.

Thatch partió hace dos semanas con algunos miembros de su tripulación, dos hermosas semanas donde Ace recordó lo que era tener relativa paz en el barco, pero los buenos tiempos no pueden durar para siempre.
Thatch había marcado hace poco diciendo que ya estaba por regresar al barco y Ace ya estaba planeando cómo regresársela al cocinero, sólo esperaba que en esas dos semanas que estuvo lejos se hubiera olvidado de de esos estúpidos carteles.

—¡Veo a Thatch! ¡Es el barco de Thatch—gritó alguien desde el nido de cuervos.

Toda la tripulación de inmediato corrió a cubierta y se amontonaron en la barandilla intentando ver a Thatch quien, desde su barco, sacudía ambos brazos exageradamente sobre su cabeza.
Mientras más se acercaba, más vítores daban los piratas. Incluso Ace se olvidó que estaba molesto con Thatch para empezar.

En cuanto Thatch puso un pie en el barco, todos se abalanzaron contra él y contra el resto de los piratas que acababan de regresar.

—Bienvenido a casa— lo saludó Oyaji con una gran sonrisa.

—¡Oyaji! Es bueno estar de regreso. Esos piratas no fueron ningún desafío, ¿en qué estaban pensando cuando decidieron atacar una de nuestras islas? Fue muy aburrido, pero al menos el viaje no fue en vano, encontré algo bastante interesante.

—¿Qué tienes ahí Thatch?— preguntó Haruta señalando la caja que tenía Thatch en las manos— ¿No me digas que es el nuevo tinte rosa permanente para Marco?

—¿Qué?

—No, eso lo traigo aquí— Thatch sacó de su bolsa trasera una botella y se la aventó a Haruta quien la atrapó en el aire.

—¡Genial! Esto va a ser muy divertido.

—Oi, no hablen como si no estuviera aquí escuchándolos-yoi.

—¿Qué es eso entonces?— preguntó Ace.

Thatch lo volteó a ver y sonrió maliciosamente.

—Es algo con lo que estás muy familiarizado mi querido Acey.

Ay no. Si eso era una caja llena de carteles de Luffy lo mataría ahí mismo.

Thatch abrió la caja poco a poco ante la atenta mirada de todos. Ace ya estaba preparando sus puños de fuego, pero cuando vio el interior todo se aclaró. La tripulación jadeó sorprendida.

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