Vida a bordo del Moby Dick

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Hola a todos. Éste sí es un capítulo especial por así decirlo.
Tenía varias escenas planeadas que quería incluir desde que empecé a escribir ésta historia pero a la mera hora no pude incorporarlas. Así que en vez de desecharlas las juntaré todas en un sólo capítulo.
No están en orden cronológico y algunas historias suceden antes y después de que Ace se uniera a Barbablanca.
Tómenlo como contenido extra
¡Disfruten!

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«¡Ve a pescar!»

Ese día el viento había dejado de soplar y las aguas estaban totalmente quietas.
Un segundo estaban luchando contra la tormenta y al siguiente pareciese que habían entrado al cinturón de calma, así de impredecibles eran esas aguas.
La calma no era impedimento para ellos, el Moby Dick contaba con un sistema de pedales automáticos, pero Oyaji había decidido quedarse varados a mitad del mar hasta que el viento regresara, un poco de descanso en medio de esas aguas tan caóticas no les vendría mal.

La tripulación estaba relajándose, no había mucho que hacer mientras el barco no se moviera más que disfrutar un día sin obligaciones. Incluso Marco había recibido la orden de pasar el resto del día fuera de su cuarto y lejos de todo el papeleo.

Lo que era un día pacífico para todos los demás estaba probando que tan lejos podía llegar la paciencia de Ace.
Contrario a lo que la mayoría podría pensar Ace era una persona muy paciente, años teniendo y cuidando a cierto idiota de goma lo habían entrenado bien, pero esto era simplemente ridículo.

La mayoría de los comandantes junto con Barbablanca estaban jugando pesca*, Thatch en cambio estaba jugando a torturarlo.

-Acey~ canturreó Thatch. Ace podía sentir como la vena en su frente empezaba a palpitar...otra vez -Dame todos tus aces*.

-Que no tengo. Ve a pescar-dijo entre dientes.

Thatch se echó a reír y agarró una carta del mazo. Thatch tenía tantas cartas que ya no podía agarrarlas a todas y no había bajado ni una sola mano, iba perdiendo pero en su opinión molestar a Ace era mucho más importante (y mucho más divertido) que ganar el juego. Durante cada turno Thatch le preguntaba a una sola persona por sus cartas: Ace. Y siempre pedía la misma carta, un As. Las primeras veces Ace lo dejó pasar, pero a Thatch le parecía lo más gracioso del mundo en ese momento y no planeaba dejarlo pronto.
Lo estaba sacando de quicio.

-Vista, dame tus sietes- dijo Ace.

-No tengo, ve a pescar.

Ace tomó la carta. Era un 9. Bien, necesitaba un siete o dos nueves para bajar una mano. Y sabía quién tenía un nueve.

-Curiel, dame tus cincos- dijo Izo.

-Aw...ten- dijo y le pasó dos cartas.

Izo sonrió y bajó su mano.

-Y con ésta son cuatro.

-Agh, Izo va a volver a ganar- dijo Haruta revisando sus cartas.

-Jozu, dame tus reinas.

-No tengo, ve a pescar.

Izo tomó una carta y el turno pasó a Oyaji.

-Mm...Marco, ¿Tienes un dos?

-No, ve a pescar-yoi.

-¡Es mi turno!-gritó Haruta- Thatch, ¿tendrás un-?

-Eh...seguro, agárrala- dijo y le pasó su baraja.

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