Todo el mundo conocía a David Hunter.
Todo el mundo sabía que tenía los ojos verdes y el cabello más rubio que nadie había visto nunca. Todo el mundo sabía que medía uno ochenta-y-ocho, y que esas dos décimas para llegar al metro noventa lo sacaban de quicio. Todo el mundo sabía que era el jugador de futbol americano más mujeriego de todo Hallow, y el más prometedor.
Guapo, atleta, inteligente, carismático y una estrella de futbol.
Todo el mundo quería estar cerca de él.
Todo el mundo menos Elisabeth Brown.—Es un buen comienzo para mi articulo —le dije a mi mejor amiga, mostrándole las letras que acababa de escribir—. ¿Qué te parece?
Noelia puso los ojos en blanco mientras me arrebataba la maraña de papeles de mis manos.
—Me parece que te expulsarán del Club de Periodismo si presentas un artículo así.
Fruncí el ceño.
—¿Qué hay de malo? Yo creo que es bueno, tiene todo lo que debe tener un artículo: buena ortografía, una historia... y verdad. Muchísima verdad.
—No puedes pretender escribir algo así sobre David Hunter y que el Club te lo publique, Eli.
—¿Por qué? Estoy segura de que nadie, nunca, ha escrito algo así.
Noelia asintió con la cabeza.
—Ese es el problema. El Club de Periodismo quiere noticias que haga que los alumnos lean la revista mensual. Escribir sobre —buscó el titulo que le había puesto al artículo y lo recitó—: "Cien motivos para odiar a David Hunter" parece más los mandamientos de una religión que no algo que a la gente le interese leer.
—Pues por mi, está bien que se parezca a una religión —murmuré entre dientes, enfadada—. Es más, tal vez la patente. La religión anti-David-Hunter. Y los seguidores nos llamaremos Antidavidhunterianos. Suena genial.
Noelia resopló, divertida, y me miró con su típica paciencia interminable.
—Elizabeth, has llegado muy lejos. Tienes a todos los lectores de la revista Hallox interesados en tus artículos. Eres casi una leyenda. No puedes tirarlo todo por la borda por tu odio irracional hacia David Hunter.
Señalé a mi amiga con un dedo acusador.
—Sabes más bien que nadie que yo me he esforzado tanto con este Club porque quería tener una buena posición para desenmascarar a ese capullo. Todo lo que he hecho ha sido para poder estar aquí y demostrarle al mundo el ser horrible que es.
Noelia levantó una ceja inquisitiva.
—Eres una kamikaze, Elizabeth Brown.
—Qué suerte que te tenga a ti de paracaídas —le sonreí abiertamente a mi mejor amiga y ella suspiró, rendida—. ¿Qué te pasa?
—No sé de dónde te viene este odio a David Hunter, Eli —mi mejor amiga me acarició la mano y me miró con preocupación—. Pero te está consumiendo desde hace mucho tiempo.
Mi odio hacia David Hunter no había surgido del día a la mañana. Se podía decir que llevaba toda mi vida odiándole. Tanto tiempo, que se había convertido en una especie de hobbie macabro con el que fantaseaba todas las noches.
Nunca le había contado a nadie el motivo por el cual lo odiaba tanto, ni siquiera a Noelia. Aunque ella era la principal razón por el cual me había sentido impulsada a destrozarle la vida a ese capullo arrogante.
Hacía ocho años que había establecido mi objetivo: desmantelar a David Hunter. Mostrar su cara oculta a todo el mundo. Porque David Hunter era muchas cosas, pero la primera de sus cualidades era ser un perfecto mentiroso.
ESTÁS LEYENDO
ENTRE LAS PÁGINAS DE LA NERD | DISPONIBLE EN FÍSICO
RomancePara ella, él fue su primer amor, ahora es su peor enemigo. Para él, ella es la única que consigue bajarle las defensas. Elizabeth lleva la pagina más importante de cotilleos de la universidad Hallax. David Hunter es uno de los misterios más inter...