Los días pasaron lento para Fred, se mantenía como un autómata, trabajando casi como una máquina, incluso fuera de hora, no quería volver a su departamento, ese lugar le traía demasiados recuerdos de ella. Después de saber que efectivamente había tomado un traslador, él había tenido la oportunidad de analizar lo que ella le había dicho esa noche, antes de irse
"cuando te ofreces una y otra vez a un hombre y él simplemente te rechaza, esa palabras dejan de tener sentido"
El recordar esas palabras salir de la boca de su chica le provocaba un dolor muy intenso en el pecho, en su afán de conquistarla para que ella no se sintiera usada o algo por el estilo, la había herido una y otra vez, haciéndola sentirse rechazada y quizás incluso, poco deseable y eso no podía estar más lejos de la verdad, esa mujer lo volvía loco y lo excitaba más allá de lo entendible. Ninguna chica había llegado a hervirle la sangre de la manera en la que ella lo hacía, pero iba más allá del sexo, ella lo estimulaba, provocaba orgullo y ganas de superarse, lo provocaba mentalmente y el tenerla entre sus brazos era, definitivamente el mejor momento del día para él. Fred apretó los puños al entender que posiblemente lo había perdido todo. Neferet no se había comunicado con él y la única vez que le preguntó a Karoma, los ojos de su cuñada se llenaron de lágrimas, George le había lanzado una mirada de pocos amigos y eso lo obligó a mantenerse con la boca cerrada. La mañana de nochebuena no fue diferente a las demás, Fred y George abrieron la tienda y Karoma también, trabajaron hasta las seis de la tarde y cada quién se fue a su departamento para alistarse para la cena. Fred salió del baño y se miró al espejo, cada mañana se aplicaba un encantamiento glamour, del que tanto se había burlado, este le cubría las ojeras, cada vez más grandes y oscuras y los signos de insomnio que le acompañaban, desde que Neferet se había ido, él no había vuelto a dormir más de dos horas por día y eso le estaba pasando factura, definitivamente, al menos esa noche tenía varios herméticos del delicioso helado de su novia (si todavía la llamaba así en sus pensamientos, por que se negaba a pensar que ella no volvería), para ahogar sus penas y si con eso no era suficiente, se había encargado de comprar dos botellas de whiskey de fuego que se suponía debía durarle el año entero, pero si no quedaba otra solución, se ahogaría en ellas esa misma noche. Dando un suspiro, el pelirrojo termino de vestirse y bajó para usar la red flu del local, al cruzar se encontró con la habitual algarabía que solía reinar esa noche en la Madriguera, su madre terminaba de ordenar unos platos con aperitivos sobre una barra en la que se mostraba la comida de la cena, Ginny y Blaise conversaban en una esquina con Harry y su novia, una auror cuyo nombre en ese momento no recordaba, Sophie y Bill se daban pequeños besos bajo el muerdago de la sala, mientras los demás solo charlaban por aquí y por allá, al parecer el único que iba a estar solo era él.-
-Que bueno que llegaste, bro- saludó George acercándose a él- ya estaba pensando en que tendría que ir por ti con una poción para absorber el alcohol en sangre
-Estaba tentado, no lo creas- Fred miró sobre el hombro de su gemelo y vio a Karoma siendo consolada por su madre- No saben nada de Neferet?
-No- respondió el pelirrojo mirando a su esposa- ella envió varias lechuzas pero no han vuelto, al parecer hay un sitio en la selva brasilera que esta custodiada por fuertes barreras mágicas, los muggles piensan que son pantanos o algo así, pero en realidad esas tierras son fértiles para muchas de las plantas mágicas para nuestras pociones.-
-Y Neferet está allí con ellos ahora.-
-Eso parece, pero Karoma no pierde la esperanza de que ella vuelva- admitió George encogiéndose de hombros, Fred lo miró, él tampoco la perdía. Minutos después se encontraba picando uno rollitos con verduras cuando las llamas de la chimenea se activaron, los ojos de todos los presentes se volvieron a mirar con curiosidad.-
ESTÁS LEYENDO
Tu abandono
FanfictionElla creyó que su vida era perfecta, pero descubrió que él iba a dejarla. Y ahora? ... Una explosión lo cambiaría todo