• ¿Qué pasa cuando una chica soltera hereda una casa?
• ¿Cuándo no está interesada en relaciones?.
Sooyoung tal vez le ayude un poco con eso... sólo es cuestión de apostar unos cuantos gatos y un pez betta azul.
Lo demás... lo demás ocurre solo.
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—Jiwoo, creo que esta vez hice lo correcto —Jungeun manejaba por las calles con una gran sonrisa, mientras hablaba por altavoz con la pelirroja.
—¿De que hablas Jung-ie? —aunque digamos que era algo temprano como para hacerlo. La chica del otro lado de la línea, se encontraba aún reposando en su espaciosa cama, y era de esperarse, pues casi nadie despierta a las 7:00 am en domingo.
—¿Recuerdas la cita del lunes, con Jinsol? —la bruneta estaba incapaz de contener la emoción de su cuerpo, en su voz se notaba la felicidad —Dijo que fue muy agradable, y que esperaba poder vernos otro día ¿y sabes que otra cosa?
—Jungeun, deja de hacer preguntas y ve al grano por favor. Aún estoy en estado de reposo —Jung pudo imaginarse a la otra medio dormida y simplemente rodó los ojos.
—Ese día es hoy. —los chirridos de emoción lograron despertar a Jiwoo de golpe.
—¿Hoy tienes una cita? Maldita sea Jungeun, debiste haberlo mencionado primero —como por arte de magia, la pelirroja se levantó de la cama —Estaré en tu casa en cinco minutos, y más te vale que estés ahí también.
—No es especialmente una cita, solo una reunión de amigas. Sabes que nos estamos dando otra oportunidad de conocernos-
—No me importa, tiene que ser perfecto. —Sin siquiera cambiarse, buscó sus pantuflas y las llaves del auto.
—Bien bien, llegaré en diez minutos.
—¿Y qué hacías despierta tan temprano? —Chuu salió de su casa y se montó a uno de los cuatro coches de su padre. —Entiendo tu emoción, pero también tienes que dormir un poco para rendir al momento.
—Tenía que hacer cosas pendientes, ya sabes, trabajos, deberes... No quería recibir llamadas en medio del asunto.
—Oh, preparada ante todo —Chuu soltó una pequeña risa, y arrancó el auto para tomar camino por las calles hasta casa de Jungeun —. Me gusta esa actitud chica, hace mucho que no veía una Lippie enamorada.
—Qué dices —Jungeun también rio para después terminar la llamada —. Mejor concéntrate en manejar, no quiero que estrelles el auto de tu padre.
—¡Te veo en cinco! —alcanzó a escuchar antes de colgar.
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—¡Jungeun! —la pelinegra se acercaba por el pasillo de la biblioteca, dirigiéndose al fondo, donde Jungeun la había citado.
—Oye ¿qué te he dicho de gritar cuando me ves? —reclamó Jungeun de manera divertida mientras abrazaba a Jinsol.