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-life

[🌻]

—Y NO te metas en problemas. —Yeojin simplemente asintió mientras cerraba la puerta del auto y se despedía agitando su mano en el aire.

Jinsol sabía perfectamente que su hermana no era un pan de Dios. Las llamadas que recibía varias veces a la semana por las distintas bromas que se le ocurría hacer a sus maestros, o porque no estaba presente en las clases, eran suficientes para que le quedara claro. ¿Quién diría que ser tutora de la menor sería algo con lo que llegó a acostumbrarse?

Después de observar que Yeojin entrara al edificio, arrancó el auto en dirección a lo que era su empleo. Si bien, mantenía una pensión por el seguro de sus padres, otra forma de ingresos era necesaria.

Aparcó el coche y con algo de pereza bajo del mismo. —¡Apresúrate, que es lunes!. —tan pronto entró al pequeño restaurante, tan pronto entraron las órdenes.

Se colocó el delantal y así comenzó con su deber.

La vida de Jinsoul era algo de lo que todos compadecían cuando se enteraban. Una chica con padres muertos, que había escapado de la casa de su familia adoptiva junto con su hermana menor. Estudiaba y trabajaba, oh, y vivía en un apartamento que cada vez menos podía pagar. No tenía contacto con otros de sus parientes de sangre, pues los consideraba una mierda. Y por suerte tenía esa pensión...

Algo difícil, triste y melancólico. Pero ella no lo veía de esa forma. Si bien, de la misma manera que existían personas que sentían lástima, muchas simplemente le criticaban. Ver a una chica joven, sin padres, ni familiares y con una niña de la edad de Yeojin, dejaba varias cosas a la imaginación (aunque la menor estaba a punto de cumplir los once, y la edad de Jinsol, no estaba ni cerca para ser su madre).

Su vida a los veinte era algo bastante desordenado, para ser los plenos de la vida.

—Jung Jinsol, dame un café y un panesito de chocolate, por favor. —una silueta bastante conocida para la nombrada entró por la puerta de cristal, haciendo sonar la campanita de la entrada.

—¿Pagarás por los dos? —cuestionó divertida, al mismo tiempo que recogía un par de platos de la mesa seis.

—¡Claro que lo haré!, ¿cuándo me he ido sin pagar?

—La lista de cuentas dice lo contrario. —respondió la rubia mientras volvía al mostrador.

—Solo dame ese café, lo necesito más de lo que crees. —un bostezo es lo que le aseguró a Jinsoul que en realidad, la otra estaba somnolienta.

—Bien Sooyoung, aquí está.

La morena asintió soltando un pequeño gracias, para después, sentarse en una de las sillas frente donde se encontraba su amiga.

El desastre de la mañana ya había pasado un poco, no había mucha gente, y el día comenzaba a tener un ritmo más tranquilo.

—¿Qué tal tu fin de semana?.

Ha Sooyoung, era una buena amiga de Jinsol, y tenía ese toque caótico, que la hacía encajar perfectamente en su vida.

—Ya lo ves — señaló a su propia persona, mostrando sus ojeras y unos cuantos restos de resaca. —. Aunque... no estuvo tan mal.

[8] Eight Dates • LipSoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora