Viaje

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Vanesa

-¿no me vas a hablar? - preguntaba Emma mientras reía.

Íbamos de camino a casa. Emma intentaba evadir la conversación sobre mi coche, mientras yo comparaba el cacharro que ella había decidido tener y la verdad, no sabía si reír o llorar.

-¿has vendido mi coche? ¿En serio?-pregunté mirándola a los ojos.

-es que yo quería este ¿a que mola un montón? - preguntó sonriendo como niña pequeña con juguetes nuevos.

-hostia - susurré para llevarme los dedos a el puente de mi nariz.

-¿vas a llorar? Vane, lloras por todo - preguntó Emma riendo.

-es que no me lo creo... Emma, tía que ese coche me costó un montón conseguirlo porque no estaba en ninguna parte -.

-mírale el lado positivo, tenemos un Ferrari rojo pasión -.

-pero no tenemos un coche de tres líneas de asientos, brutalmente perfecto - ataqué.

-¿Mamá, por qué vane esta enojada? - preguntó cande riendo desde atrás, mientras hacía el intento de estirar su cinturón de seguridad para poder quedar cerca de mi y dejar su dedo índice en las líneas de expresión de mi frente.

-porque tenemos un coche nuevo - reía Emma.

-a mi me gusta este coche ¿a ti no te gusta, vane? - preguntó la pequeña.

-no, no me gusta, cande, es horrible -.

-¿qué tiene tu otro coche que no tenga este? - preguntó Emma.

-era un cadillac escalade negro, Emma, era una nave brutal -.

- y este... Pues, este es rojito-. Respondió ella.

-ni te sabes el nombre del cacharro que has comprado - reí sin querer.

-un Ferrari - se encogió de hombros mientras esperaba en un semáforo.

-un Ferrari GTC4Lusso...de cuatro asientos. Emma cambiaste uno de tres líneas de asiento por uno con solo cuatro asientos ¿me estás jodiendo? -.

-eh- me miró mientras abría demasiado los ojos y entendí lo de las palabrotas - este es un Ferrari -.

Llegamos a casa y antes de que estacionara dentro de su garaje me entregó las llaves de este para abrirlo

-ahí esta tu coche, dramática - reía ella mientras la puerta del garaje se abría para dejar a la vista mi cadillac.

-te odio, no sabes cuanto -. Fui a revisarlo, para verificar que todo estuviera en orden y no volví a subirme al coche, para luego ir a abrir la puerta se casa.

Allí estaba todo cambiado, los muebles en lugares distintos, decoraciones distintas y no habían flores.
A los minutos entró cande corriendo para mostrarme a la miniatura que traía en brazos, Gemma.

-mira, aún está pequeña - dijo casi tirandome al animalito.

-creo que va a ser pequeña, aunque se ve mejor que antes - dije mientras a acariciaba el pelaje de Gemma.

-¿sigues llorando por tu coche? - entró Emma a casa mientras reía.

-idiota - susurré mientras me sentaba en el sofá. - casi me da un infarto -

-¿me das un beso? -.

-olvidalo, estas castigada-.

-no te hagas la dura, si no estas enojada -.

-estoy enojada - aseguré, mientras candela solo podía reírse a nuestro lado.

-no, vane, no estas enojada porque estas riendo- aseguró la mini Emma.

ESTA VEZ SÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora