Vanesa
Estacioné el coche frente a la casa, mis piernas temblaban y sabía que al hablar mi voz me fallaría y a su vez no encontraría las palabras, por eso decidí hacerle una carta y dejársela en su mesita de noche, sobre la drusa de amatista que le había comprado en Málaga. Sus ojos me miraban esperando a que fuera yo quien le explicara, pero en ningún momento miraba para afuera, dónde estaba lo verdaderamente importante.
–vamos– dije quitándome el cinturón de seguridad y abriendo la guantera, de allí saqué el último detalle de mi disfraz y me lo puse en el cinturón–te explico afuera–.
Comencé a respirar lento porque sentía que en cualquier momento iba a olvidar como se respiraba, antes de bajar cerré los ojos, agradecí y acepté este nuevo comienzo en silencio, porque después de todo había invertido mucho tiempo planeando la casa, desde la ubicación, hasta los detalles de dentro y hoy al fin llegaba el día donde comenzaríamos a habitarla.
Abrí la puerta del coche y acomodé mi abrigo negro de cuero, llevé mis manos a mis bolsillos y cuando confirmé que lo que necesitaba estaba allí me bajé del coche para ir a abrirle la puerta a Emma y a Candela.Emma
Vane estaba nerviosa, lo notaba en su forma de actuar y en como dió pasos tímidos hasta llegar a mi puerta, yo seguía con las llaves en mis manos cuando bajé del coche, Cande se nos sumó y quedamos las tres de pie frente al coche, Vane se estaba acomodando el cinturón con el reflejo del vidrio.
–¿Dónde estamos?– pregunté mirando a nuestro alrededor.
Solo habían casas, aunque todas estaban muy lejos, pero frente a nosotras se podía ver la fachada de una casa casi idéntica a la que Vanesa tenía en Málaga. Allí fue donde todo me comenzó a calzar y recordé la conversación que habíamos tenido tiempo atrás con Vanesa, dónde me explicó que ella antes de conocerme había comprado un terreno para poder comenzar a hacer su casa desde cero, a su gusto. También recordé que me había dicho que ya estaba lista hace mucho tiempo, que solo me estaba esperando hasta que yo estuviera preparada para vivir con ella. El momento era ahora.
Miré la llave que tenía en mis manos y comencé a temblar, negué con la cabeza mientras la miraba, sus ojos brillaban y su respiración se había logrado regular.
–no me digas que no, por favor– susurró mientras me abrazaba por la espalda.
Jamás le diría que no.
–es que no puedo creerlo, Vane...– intenté sacar a fuerzas las palabras que detenía el nudo de mi garganta, pero no podía– podías hacerlo sola, podías venirte a vivir aquí sola y no lo hiciste... Me esperaste... Me sumaste a tu plan de vida...– las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos y me di vuelta para refugiarme en el hueco de su cuello.
–solo dime que si, dime que si a comenzar una vida nueva, a seguir escribiendo nuestra historia y a ser felices... Porque ya es hora de serlo–. Susurró mientras una de sus manos acariciaba mi espalda.
–desde que llegaste a mi vida lo he sido... No hacía falta esto– salí de mi escondite y me encontré con su sonrisa.
–pero necesitábamos una casa más grande para poder seguir creando ¿No?– preguntó.–¿Quieres vivir aquí conmigo y con candela? Es que nosotras ya dijimos que si, y no nos gustaría vivir solitas las dos porque yo no sé cocinar muy bien...–
Y recordé que días atrás me había estado diciendo que la casa en la que estábamos se le estaba haciendo pequeña, que necesitaba un estudio más grande y necesitaba también dejarme un espacio para tener mi propia oficina. Me estaba dejando pistas por todas partes y nunca logré darme cuenta.
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ESTA VEZ SÍ
Novela JuvenilEn la vida de Vanesa han pasado muchas mujeres, pero ninguna como ella, como Emma, la doctora que la atendió el día de su accidente, a quién solo le bastó una sonrisa para enamorar a la cantante. Pero el pasado es un gran enemigo, los secretos duele...