Cap 3

56 8 1
                                    

—Solo quiero hablar contigo —dijo acercándose.

—¿Y de qué? —le preguntó sería.

—Mira seré directo, quiero que me dejes el cargo de heredero al trono, yo sé que tú no quieres ser reina así que mejor renuncia a él y déjamelo a mí —la forma tan relajada en qué lo dice me hace enojar.

—Ni lo pienses, yo no pienso renunciar a mi cargo —dije sería. Debe estar loco si piensa que le dejaré el cargó de rey.

Se que puede parecer egoísta de mi parte pero la verdad, si tuviera que cederle el trono a alguien sería a mi primo Giovanni y no a Enzo, el solo piensa en el mismo y no le importan los demás, se que solo quiere ser rey por el título y no porque le importe Landier, ni los ciudadanos del reino, solo haría que el reino se dividiera llevando a Landier a la ruina.
Mi madre y mi padre se casaron para juntar el reino de Landene que es el reino de mi padre y el de Killian que es el reino de mi madre aunque al final ambos se terminaron enamorando, así fue como surgió el reino de Landier. Mis padres trabajaron demasiado para poder juntar a ambos reinos intentando que todos tuvieran buenas oportunidades tanto de trabajo como de vida para evitar que las personas cadezcan de todo lo necesario para vivir dignamente, obvio no todo podía ser perfecto y esas ridículas leyes de que las mujeres no pueden hacer ciertas cosas son un claro ejemplo y esa es la única razón por la que acepte seguir adelante con la coronación, quiero darles a las mujeres las mismas oportunidades que a los hombres aunque vaya a ser algo demasiado complicado.

—Entonces te propongo que nos casemos, así ambos podemos tener lo que queremos, yo ser rey y tú la libertad que tanto deseas ¿Qué dices? —dijo sonriendo con suficiencia.

—Olvídalo, nunca dejaría al mando a un narcisista, idiota y codicioso como tú, no tienes la capacidad física y mucho menos mental para dirigir este reino o cualquier otro —contesté.

—Prima —sonrió irónicamente— ¿Por qué mejor no te pones a bordar mantas o a tocar el piano?, ¿Tu que podrías saber de manejar un reino?

—Sé mas que tú en cuestión de finanzas, entrenamiento e interés social además de cumplir muy bien con mi rol como mujer en la sociedad —dije firme. Lo mire fríamente y con el ceño levemente fruncido.

—Lo único en lo que deberías estar poniendo tu atención es en conseguir a un buen marido, y nadie mejor que yo para cumplir con ese "rol", yo sería el rey y tu la reina de Landier —hizo un ademán con las manos como si presentara su gran idea— ambos estaríamos ganando.

—¿Cómo puedes decir tantas estupideces juntas? —me mira desconcertó y lanza un gruñido frustrante— eres tan egoísta que nunca pensarías en el pueblo, tan clasista que la sociedad se dividiría aún más, tan tonto que el reino quedaría endeudado en menos de un mes —espete enojada—. No eres un caballero, ni si quiera te podrías acercar al término de hombre —lo mire frustrada de arriba para abajo— eres simplemente un idiota.

—Ay prima —suspiró y en un movimiento rapido me sujetó del cuello— te mostraré que este "idiota" —enfatizó— te va a hacer mujer y yo seré el primer hombre de tu vida —me susurró en el oído mientras me retorcía y trataba de safarmé.

Me pega a la pared, me besa y empieza a bajar sus manos de mi cuello a mi cintura, intento empujarlo pero me toma los brazos pegandolos a la pared por encima de mi cabeza. Siento como intenta desabrochar mi vestido así que reúno todas mis fuerzas para patearlo en la entre pierna, el se aleja mientras se queja de dolor y lo golpeó en la cara haciendo que empieze a sangrar de la nariz.

—No vuelvas a tocarme en tu miserable vida idiota —le grito enojada intentando contener las lágrimas que amenazan con salir. El me mira enfurecido, lo golpeó de nuevo y salgo de mi habitación corriendo.

Sangre De GuerreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora