Epilogo

50 6 0
                                    

—Analee apúrate o llegaras tarde a tu boda —me regaña mi madre.

—Ya voy madre —le digo acomodándome el broche de cabello.

—Analee es décima vez que te acomodas el broche —me dice mi madre.

—Lo siento pero es que no me gusta como se ve —digo cruzandome de brazos.

—Tranquila, te ves hermosa ya no estés tan nerviosa que me estresas —me regaña— eres la novia más hermosa de todo el mundo, además para el siempre te veras hermosa así andes con ese traje de soldado tuyo.

—Madre —le digo mirándola con cansancio.

—Perdón pero sigo sin estar de acuerdo en que te hayas unido al ejército, es demasiado peligroso —me dice.

Han pasado tres años desde mi coronación, ahora soy soldado, reparto mi tiempo en entrenamiento y asuntos del reino. Me costo bastante convencer a mi madre pero después de algunos meses lo acepto.

—Creo que me veo mal y si...

—No, ya es hora de que te vayas, vamos, andando —me dice mi madre empujándome fuera de la habitación.

Llego a la sala y veo a mi padre cm junto con el tío Thomas y Giovanni junto a Bianca.

—Santo cielo, hija te ves preciosa —me dice mi padre.

Traigo un vestido blanco largo de escote corazón y de hombros y espalda descubiertos, decidieron dejar mi cabello, el cual ahora me llega hasta la cintura, suelto y lo rizaron.
Me maquillaron muy poco sentrandose más en resaltar mis ojos.

—Prima te ves muy bien —dice Giovanni y sonrió.

—Gracias —digo.

—Vamonos o se no hará tarde —dice mi madre.

Salimos del castillo 6 nos subimos al carruaje. Juego con mis manos nerviosa todo el camino a la iglesia, veo como los ciudadanos se acercan hasta donde les permiten los soldados y aplauden, todo el pueblo está decorado con lámparas, luces, flores y muchas cosas más.
Llegamos a la iglesia y nos bajamos del carruaje, hay muchas personas al rededor que al verme aplauden y silvan felices. Entramos y nos dirijimos a una pequeña habitación donde puedo descansar por un momento mientras empieza la ceremonia.
Estoy sentada en una silla intentando calmar mis nervios cuando escucho la puerta abrirse y por esta entra Tayden.

—Te ves muy hermosa ¿sabes? —me pregunta sonriendo.

—Tu tampoco te ves mal —le digo divertida.

—Bueno, uno no se casa todos los días, debía estar más guapo que de costumbre —me dice y río mientras niego con la cabeza.

—Tu no cambias —le digo.

—¿Nerviosa por la boda? —me pregunta.

—Si, nunca creí que realmente me casaría, para ser sincera en cuanto supe que nuestros padres nos comprometieron quise hacer hasta lo imposible para que rompieran el compromiso —le digo.

—Yo también la verdad, no quería casarme —dice.

—Y mira, ahora estamos aquí a punto de casarnos —digo sonriendo.

—Lo se, las vueltas que da la vida —dice y asiento.

—Bueno, nos vemos en el altar —me dice y asiento.

Pasa una hora cuando entra mi madre a avisarme que es hora de que entre. Salgo de la habitación y ne dirijo al altar, al llegar a la puerta del salón me encuentro con Cyra.
Le sonrió al igual que ella, nos acercamos y nos abrazamos.

Sangre De GuerreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora