Cap 31

23 5 0
                                    

Marukh

Estoy sentado en las gradas del salón de artes marciales los chicos están sentados a lado mío y los demás están sentados por todo el aula a excepción de uno que está golpeando el costal.

—Logré que mi padre hablara con algunos soldados y dicen que no se a establecido ninguna sentencia pero que es un caso bastante extraño —dice Mauricio.

—¿Extraño? —pregunta Guido nervioso.

—Si, dice que le costo encontrar información, lo estan tratando con demasiada precaución, como si intentaran que nadie descubrira sobre ella, no hay nada de informacion sobre su caso incluso la tienen en una celda diferente —les explica.

—Debemos sacarla de ahí antes de que se decida su sentencia —dice Flavio.

—Si, es muy extraña la forma en que lo están tratando ¿Y si en realidad están intentando ocultar algo? Hay más detrás de todo esto, piénsenlo, no sabemos nada sobre ella ¿Y si en realidad quieren deshacerse de ella? —Pregunta Matias.

—Es cierto, no le encuentro otra explicación —dice Enriko.

—Eso no importa ahora, lo que realmente importa es sacarla de ahí lo más rápido posible porque si la sentencian será imposible salvarla —dice Mateo.

—¿Pero cómo lo haremos? Incluso tienen encerrados a los instructores, al coronel ¡no podemos ni salir! —dice Guido.

Las puertas se abren y por esta entra el coronel Ianello seguido del sargento Caruso.
Los chicos se levantan y se acercan a él.

—Coronel ¿Qué está pasando? ¿Qué va a pasar con Franco? Hay que ayudarla a... —empieza a hablar Mateo pero lo interrumpe el coronel.

—No haremos nada, no interferiremos en este asunto —dice serio.

—Pero coronel, ella está siendo juzgada injustamente, debemos sacarla antes de que le asignen su condena...

—Ya fue condenada —el coronel interrumpe a Matias.

Lo volteo a ver incredulo, me levanto y me acerco a él.

—¿Como que ya fue condenada? ¿Qué dijeron? —pregunta Flavio.

—Fue condenada a muerte, ya fue ejecutada esta mañana —dice.

Los chicos se tambalean hacia atrás, siento como si el corazón se me detuviera, las piernas me tiemblan y mis ojos se llenan de lagrimas pero me contengo. ¿Muerta? No, no es posible.

—¿De que está hablando? Eso no puede ser cierto —dice Guido pero el coronel no dice nada.

—Con mayor razón hay que hacer algo, ella fue asesinada injustamente no podemos quedarnos sin hacer nada —dice Angelo.

—No vamos a hacer nada —dice el sargento.

—¿Como podemos quedarnos sin hacer nada después de todo lo que ella a hecho por todos nosotros? —dice Enriko.

—No, no me voy a quedar sin hacer nada, no dejare que ella muera así como si fuera una criminal —dice Flavio.

—Ni nosotros, nosotros no nos quedaremos sin hacer nada —dice Mauricio.

Están a punto de salir pero los detiene el coronel.

—Alto ahí ¿Qué creen que van a hacer? El caso ya a sido resuelto sobre la verdad...algún día se sabrá pero mientras fingiremos que no paso nada. ¿No se dan cuenta? Hay algo más grande detrás de todo esto y no nos meteremos en problemas solo por ella.

—Pero coronel...

—Pero nada —interrumpe a Angelo— ella sabía en lo que se metía, sabía que la matarían si la descubrían y aún así decidió entrar. No es nuestro problema.

Sangre De GuerreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora