Cap 23

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Narrador Omnisciente

El soldado se acerca lentamente a Analee y queda sorprendido al verla, tenía la ropa llena de sangre y varias heridas de balas y cortadas. La reconoció al instante, Analee era bastante conocida en la academia ya que se había convertido en el mejor recluta de la academia en tan poco tiempo.
El otro soldado se apresuro a entrar a la academia, se dirigió al patio donde estaban los reclutas entrenando y se acerco al coronel.

—Coronel, el recluta Leone está afuera de la academia, está inconsciente —le dice.

El coronel se queda sorprendido al escucharlo, aunque le aliviaba que estuviera vivo no entendía como había sobrevivido a la explosión en especial que cuando intentaron contactarse con la familia de Franco nadie respondió a la carta y dónde se suponía que vivía su familia estaba abandonado.

—Sigan con el entrenamiento, quien se detenga será castigado —ordena el coronel dejando a cargo al sargento Caruso.

El coronel salió de la academia y ahí vio al soldado intentando despertar a Analee.
Se quedó sorprendido al ver la situación en la que se encontraba.

—Hay que llevarlo a la enfermería —dijo el coronel.

Los soldados cargaron a Analee para llevarla a la enfermería, el coronel corría tras ellos pero antes de entrar vio a un hombre escondido entre los árboles vigilandolos, se acerco pero el hombre corrió.
Los reclutas, quienes estaban corriendo en el patio, se quedaron sorprendidos al ver cómo los soldados llevaban en tal estado a su compañero, en especial después de que todos lo habían tomado por muerto.
Los amigos de Analee se quedaron preocupados al verla en tal estado sin embargo estaban felices de saber que estaba vivo.

—Hay que avisarle a Marukh —dijo Guido disminuyendo el paso para quedar a la par de sus amigos.

—Falta una hora para que termine el entrenamiento y para que dejen salir a Marukh, terminando hay que ir a decirle —dijo Enriko.

Habían encerrado a Marukh después de que armara un escándalo y se negara a ir al entrenamiento.

Los soldados dejaron a Analee en la cama de la enfermería y salieron de la habitación cerrando la puerta, el coronel se apresuro a sacar vendas, desinfectante de heridas y todo lo necesario para curarlo, empezó a desabrocharle la camisa pero se detuvo en el tercer botón cuanto vio que tenía vendado el pecho.

¿Qué...?¿Es mujer? —Pensó.

Se apresuro a volver a abrocharle la camisa, se levantó y sorprendido se pasó una mano por la cara, no podía creer lo que estaba pasando nunca se había imaginado que era mujer y lo que más le sorprendía era como lo había engañado, como no se había dado cuenta que los papeles entregados eran falsos.
Despertó del shock y se apresuro a llamar a su ex esposa.

—¿Qué pasa Leonardo? ¿Por qué me llamas? —pregunto cuando contesto la llamada.

—Necesito que vengas a la academia, no puedo decírtelo por la llamada pero es urgente —dice el coronel.

—De acuerdo, voy para allá —dijo a punto de colgar pero el coronel la detuvo.

—Y Stella, si preguntan di que eres mi esposa y que vienes a visitarme —le dice.

Stella confundida acepta, debía de ser algo demasiado importante.
Stella dejo a los hombres que trabajaban para ella a cargo de su negocio y se dirigió apresurada a la academia.
Al llegar les dijo a los guardias lo que Ianello le había dicho que dijera y los guardias la dejaron pasar informándole que se encontraba en la enfermería.
Stella corrió preocupada a la enfermería, entro y se quedó sorprendida al ver a Analee acostada en la cama llena de sangre.

Sangre De GuerreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora