Alpha-23 sentía una presión en su pecho como nunca antes la había sentido. No es que estuviera realmente angustiada porque Alpha-19 le acompañara en su prueba, ya que a pesar de su repugnante arrogancia sabía que era una de las mejores aspirantes. En los entrenamientos 19 había demostrado audacia y determinación, a pesar de no tener resultados objetivos tan notables como 23 los tenía, y esa era una cualidad que 23 envidiaba en ciertas ocasiones. Ella se sentía realmente aterrorizada ya que jamás había visto en persona a ningún infectado. No podía evitarlo, ya que en múltiples ocasiones había oído hablar de las transformaciones que sufrían aquellos a los que se exponían a la infección, haciendo que los pelos se le pusieran de punta.
Los infectados podían infectar mediante el contacto directo de sus esporas en la piel con el torrente sanguíneo humano, o bien, mediante una mordida. No existía cura alguna para esta enfermedad, solo remedios para retrasar los efectos de la metamorfosis. Así es como se llamaban a las etapas de transición de humano a infectado, y consistía en tres fases. En la primera, la piel del humano comenzaba a tornarse pálida y sus venas se hinchaban y tornaban más marcadas, e incluso, se tornaban de un color verde asqueroso. En la segunda, iban perdiendo el raciocinio, hasta el punto de no saber discernir la realidad que siempre habían vivido, ni de entender el lenguaje humano. Empezaban a comportarse de manera más primitiva, e incluso solían empezar a desarrollar un grado de salvajismo. En la tercera, todo lo que antes había sido humano, dejaba de serlo en un hórrido periodo que podía durar en torno a una semana. Extrañamente, los infectados permanecían en letargo en un momento dado para desarrollar una constitución más delgada, con unas extremidades más alargadas, y un aspecto más temible. Los rasgos de la cara empezaban a desfigurarse, haciendo que los tejidos de los ojos se cerrasen por completo, que sus mandíbulas sobresalieran, para que sus quijadas fuesen más poderosas, y sus orejas se alargaran y agudizaran. Esporas brotaban de sus cuerpos, y unas garras afiladas como cuchillas se desarrollaban para cumplir sus nuevos cometidos depredadores primarios. Estos ya no eran humanos. Estos seres, eran los infectados.
Alpha-23 sabía exactamente lo que tenía que hacer, pero no sabía cómo debía reaccionar ante una situación como esta. Los simuladores son otra historia. Ahí no se jugaba su vida, y eso era lo que le preocupaba ahora. Su vida. Se encontraban en frente de la puerta número 7, y sus miradas se cruzaron, y ambos rostros mostraban una expresión totalmente dispar. Alpha-19 mostraba determinación. Parecía que lo que le venía ahora solo era otro de los entrenamientos que tenía que superar. Le daba igual jugarse la vida en aquel corredor mortal, ya que, ella sabía que los Guardianes esperaban ese comportamiento sobre ella. Y sin embargo, la mirada de 23 era totalmente seria, preocupada. Ella sabía que todo iría bien, en el fondo, pero no podía quitarse la sensación tan latente del peligro inminente. Y eso, le hacía dudar. Y tenía miedo a la duda.
-Muy bien, 23, vayamos dentro. Tengo ganas de terminar con esto de una vez.-Rompió 19 el tenso ambiente que la situación había impuesto.
-Oye, 19. ¿Tienes miedo?
-¡Vamos! Debes de estar de broma. No me digas que la perfecta 23 tiene miedo de una pruebita de nada.- dijo 19, con un tono de sorna y sarcasmo, mientras le sonreía.
-¿No tienes miedo? Esto no es como en las simulaciones, y lo sabes perfectamente.-le espetó 23, con una mirada más seria.
-No creo que sea peor que una reeducación, y lo sabes perfectamente.
En efecto, lo sabía. Una reeducación significaba un lavado de cerebro para cumplir tareas más simples y casi sistemáticas, como el preparar la comida para el resto de castas, o la limpieza de los complejos. Estas tareas eran impuestas por el gobierno para aquellos aspirantes que no pasaran la prueba. Alpha-23 dio un paso al frente y abrió la puerta, presionando un botón justo en el lateral. Ambas pasaron dentro, y descubrieron una sala con dos mochilas, un contador de tiempo que no marcaba nada, y otra puerta bloqueada. Cuando entraron, la puerta por donde habían entrado se bloqueó y una pantalla se iluminó en aquella sala, presentando a Alpha-00.
-Buenos días, aspirantes 23 y 19. -Comenzó a hablar.- Las mochilas que tenéis en vuestro haber contienen un cuchillo de supervivencia y una linterna. La sala que está a continuación está bloqueada por un temporizador que empezará su cuenta atrás tras acabarse este mensaje. Vuestro cometido será conseguir el trofeo con vuestro nombre dentro de este complejo, esquivando trampas naturales, y sorteando y eliminando a los infectados a cuchillo, y volver a esta sala. Hay una regla añadida: las dos tenéis que sobrevivir para que esta prueba cuente como superada. A partir de ahora, tenéis exactamente cinco minutos para mentalizaros y prepararos. Buena suerte, aspirantes.
El mensaje terminó, y con la misma velocidad que 23 y 19 intercambiaron sus miradas, el temporizador empezó la cuenta atrás. Lo primero que hicieron fue revisar sus mochilas para efectivamente descubrir que tenían un cuchillo enfundado en una vaina de cuero, y unas linternas extremadamente potentes, pero al mismo tiempo cómodas.
-23, lo que haremos será lo siguiente.-se adelantó 19.
Iremos juntas, con sigilo, e intentaremos sortear cada uno de nuestros obstáculos con mucho cuidadito de no alertar a nuestros escurridizos amigos. Tú vigilarás el flanco izquierdo, y yo el derecho. Si en algún momento nos encontraramos con algún muerdealmohadas...-Nada de gritar.-interrumpió 23. Lo he captado, 19. Nos haremos señales y gestos para saber qué hacer. ¿Entendido?
Alpha-19 asintió. Ambas se miraron y entendieron que estaban juntas en esto, les guste o no. El contador marcaba solo un minuto para empezar la prueba, y 23 recordó cuando el año pasado se había enfrentado a pruebas contrarreloj. Solo que en esta prueba ya no había tiempo. Solo era cuestión de tiempo de enfrentarse a sus mayores inquietudes, y sabía que tenía que hacerlo.
ESTÁS LEYENDO
Proyecto Génesis
Science FictionAlpha-23, una chica esbelta, rubia, y de ojos azules, está a punto de completar su instrucción en el programa de entrenamiento del proyecto ORIGEN. Ella es completamente idéntica a las demás, y sin embargo siente que las cosas están a punto de cambi...