ROSE
Dicen que los sueños son el reflejo del alma, pero yo creo que son un disfraz para los deseos y las pasiones dormidas, una vía que nos permite disfrutar las experiencias que no nos atrevemos a afrontar estando despiertos.
Es una forma de invocar nuestras fantasías para hacerlas realidad.
¡Mierda! Otra vez ese maldito sueño. No era la primera vez que amanecía mojada gracias al recuerdo de cuando perdí mi virginidad con Alan. Miré el reloj de la mesa de noche que marcaba las 6:30 am, aproveché para darme un baño y espabilarme.
Cada que pasaba un largo tiempo de abstinencia volvía a soñar con él. Tal vez era hora de que Liam me atendiera un poco.
Decidí usar un vestido ajustado en la parte del pecho y algo suelto de la cintura, era perfecto para que alguien pudiera meter sus manos sin complicaciones. Además de que mis tacones me hacían ver más alta y alargaban mis piernas. Estaba más que lista para mi encuentro fortuito con Liam.
Me miré en el espejo por última vez, cerciorándome que el maquillaje estuviera perfecto. Sin duda el labial rojo era el indicado. Cogí mi bolso y las llaves del coche. Lista para brillar otro día más.
Al llegar a la escuela esperé la clase del Sr. Morris para escabullirme a los vestidores del equipo de baloncesto. Su clase era tan aburrida como la del Sr. Graham, la diferencia es que aquí si podía dormir tranquilamente o escaparme sin ser notada gracias a la escasa vista de ese hombre.
Sabía que tendría entrenamiento temprano, así que esperé el momento oportuno para pasar desapercibida y escurrirme por los largos pasillos de la escuela. Caminé hasta llegar al vestidor del equipo de baloncesto y no esperé una invitación para entrar.
El lugar estaba casi vació. No lo veía por ningún lado así que decidí preguntar por él a uno de sus amigos, éste amablemente me dijo que se encontraba en las duchas. No perdí el tiempo y salí en su búsqueda.
Parecía que los planetas se habían alineado hoy para mí.
Apresuré el paso hasta escuchar el sonido de la regadera, para mi fortuna solo había una regadera encendida, lo que significaba que nadie nos estaría espiando.
Me acerqué sigilosamente y abrí la cortina. Casi me desmayo al verlo, el maldito estaba desnudo con la perra de Chloe trepada en su cintura. Liam se sorprendió al verme, no esperaba que lo encontrara de esa forma, bueno, yo tampoco esperaba encontrarlo así.
La que ni se inmutó fue la sanguijuela esa, al contrario, pareció disfrutarlo. Realmente odio a ese intento de mujer. Es una cualquiera, tiene sexo con todo aquél que se cargue un pene frente a ella, sin importarle quien sea.
Obviamente se ha acostado hasta con los profesores.
Estaba furiosa, realmente furiosa, como se atrevió el muy estúpido a engañarme con la más zorra de la escuela. Al verme se alejó de esa tipa e intentó acercarse, pero retrocedí, no iba a permitir que me humillara.
— Amor déjame explicarte —intentó defenderse el muy cobarde.
—Te juro que no es lo que parece — habló la perra con fingido pesar —O tal vez sí —se atrevió a reír en mi cara la muy cínica.
Controlé mis impulsos de arrancarle las malditas extensiones hasta dejarla pelona, pero le haría un favor dejándole intacto su horrible tinte rubio.
—De haber sabido que te gustaba lo barato te hubiera recomendando a unas amigas de mayor calidad —hablé mirándola de reojo.
Fue mi turno de reír frente a ella.
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Mi universo en la tierra
Teen FictionDicen que una estrella fugaz puede volver tus sueños realidad, sin embargo, muy pocos son los afortunados para presenciar tal acto cósmico. Cada persona es libre de buscar su propia motivación, de aferrarse a aquello que le permite seguir adelante...