6.- Idola*

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26 de febrero de 2011

Veinte días, veinte interminables días desde que mi bebe no está.

¿Por qué ella?

Era demasiado pequeña, no se merecía eso.

Desde hace veinte días no salgo de mi habitación, todos los días Julie me trae comida, que yo apenas pruebo, solo estoy todo el día llorando o dormida, siempre abrazando aquel oso rosa con la letra "A" en su estómago, con ropita que sería de mi niña.

Steven sigue en mi departamento, varias veces al día trae a Aleksys a darle de comer, y yo desganada lo hago; a pesar de saber que estoy desatendiendo a todos, algo no me permite levantarme, era mi bebe, yo la esperaba con ansias.

Saco una foto de la mesita de noche, en ella están Aleksys y Suzy cuando recién nacieron, eran tan iguales, ella era hermosa, demasiado parecida a su padre.

Son como las 9 pm, todo se escucha silencioso en el departamento, así que como casi todas las noches me levanto y voy hasta la habitación de invitados – de la cual Steven se ha adueñado – y los veo ahí, están ambos juntos en la cama.

El acostada junto a Aleksys, ambos profundamente dormidos.

Tomo una foto de ese momento, después a mi hijo en brazos y lo llevo hasta mi habitación, recostándolo junto a mí y abrazándolo, imaginándome como seria si Suzy siguiera aquí.

No sé en qué momento, pero – como todos los días – me quede dormida llorando, hasta que siento un cuerpecito no tan pesado que se acuesta junto a mí, miro hacia todos lados y noto que es de día y quien se acostó junto a mí fue mi pequeña hermana, la miro a los ojos, tiene lágrimas en ellos.

– Hermana, sé que estas mal, y que no veías esto venir, pero ni modo, por algo paso, ahora, tu hijo te necesita, Steven igual y Stephanie ni se diga, está más gruñona que de costumbre. – Suelta una risita tras un sollozo y continua. – Y yo también te necesito. – Hace una pausa pensando lo que dirá y continúa. – Ambas perdimos a mamá, y no es justo que ahora este perdiendo a mi hermana, y Aleksys a su mami. – Para su discurso, mira al mi bebe y sigue hablando. – ¿Sabes? Tú eres mi ídola, porque cuando estábamos más chiquitas recuerdo las discusiones que tenías con mamá, como ambas se gritaban y tu terminabas llorando, pero aun así no le decías nada.

>> Tu llorabas sola, recuerdo que en las noches te escuchaba llorar en tu habitación, pero tenía unos cuatro años, no podía hacer gran cosa, solo me acostaba junto a ti abrasándote, igual recuerdo cuando mamá me gritaba a mí, y tú te enfrentabas a ella para que no me pasara nada, o las veces que te corrió de casa y tú la amenazabas de no irte sin mí. Jamás te dejaste de nadie, siempre estabas ahí para mí, incluso te hiciste cargo de mí con la muerte de mamá, ¡Y solo tienes diecinueve! Enserió eres mi ídola, pero, mi ídola no se dejaría vencer por haber perdido a su hija, mi ídola seguiría luchando, pues aún tiene una razón para vivir.

Tras su discurso yo soy un mar de lágrimas, pues recuerdo todo lo que ha pasado en los últimos nueve años, y como no he sido tan fuerte como ella cree.

— Gracias Lie, realmente necesitaba eso. – Y la abrazo.

— Bien, bien, mucho sentimentalismo por ahora. – Hace una pausa y se limpia la carita con el dorso de su mano. – Ahora, dame a Tyleky...

— ¿Tyleky? – La interrumpo con el ceño fruncido.

— Si, Tyleky, por Stev y Aleky. – Me responde ella con obviedad

— Como te decía, Dame a Tyleky, y metete a bañar pues apestas, después vas a desayunar y vuelves aquí, habrá una sorpresa esperándote, todos saldremos, y si no haces lo que dice la nota vas a ver. – Dicho esto sale de mi habitación, y algo en la forma de darme esa orden hace que no me niegue así que hago lo que me dice.

Mi hermosa estupidez. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora