Capítulo 32: ¡Vivan los novios!

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En una iglesia se llevaba a cabo una de las ceremonias más extrañas posibles. Nunca se había escuchado de una boda así, a pesar de la cantidad de leyes que habían transcurrido con los años. Dos bodas, no era nada raro. Pero había tres mujeres, casándose con dos hombres.

-Yotsuba...Nakano.-el padre leyó el nombre de una de ellas.-¿Aceptas a Erik Morales como tu legítimo esposo? ¿Prometes apoyarlo en la salud y en la enfermedad, en las venturas y desventuras, hasta que la muerte los separé?

-Acepto.-Dijo, por fin había logrado hablar español. No era perfecto, no era suficiente para confundirla con un hispano hablante nativo, pero le valía.

-Entonces yo los declaro marido y mujer.-normalmente se daría el permiso para el beso que sellaba la unión, pero había otras tres personas que debían pasar por el mismo proceso.-Rogelio Cruz. ¿Aceptas a estas mujeres, para amarlas y respetarlas, en las buenas y las malas, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?

-Aceptó.-dijo un hombre de cabello corto, se había dejado crecer una barba, pero estaba arreglada de una manera elegante.

-Nino Nakano, Miku Nakano.-Miró a ambas. Ellas le devolvieron la mirada.-¿Aceptan a Rogelio como su legítimo esposo, para amarlo y respetarlo, en las buenas y las malas, en la riqueza y la pobreza, en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte los separe?

-Acepto.-dijeron una detrás de la otra.

-Entonces los declaro marido, y mujeres.-dijo antes de levantar sus manos hacia el cielo y finalmente decir las palabras mágicas.-Pueden besar a las novias.-un simple beso sello de manera definitiva la unión de las almas de esas personas. Nada las separaría, ni siquiera las dificultades más perronas, ni las loqueras que ocurriesen en el futuro.


La fiesta se había acabado, tanto para los recién casados como para los invitados. Fue una buena noche, algunos se pusieron muy borrachos, otros bailaron como si fueran profesionales. La diversión se había repartido por igual para todos. Algunas palabras de sinceridad, algunos lloriqueos, algunos de felicidad y otros de tristeza. Pero ahora mismo, solo la noche era testigo, de la diversión que acababan de tener estas parejas.

-Por cierto.-Rogelio comentó.-Noté que ambas traen un amuleto similar.-ambas chicas sonrieron. Lograron dejar ver aquel cráneo partido, ambos estaban algo sucios por el tiempo, pero eran idénticos.-¿Quién de ustedes fue la niña que conocí hace años?

-Eso lo tendrás que averiguar por tu cuenta.-contestó Nino, juguetona.

-Vamos, no seas así.-intentó convencerla, pero de nada sirvió.

-Si tan desesperado estás, ¿entonces porqué no intentas adivinar?-sugirió Miku. No quería hacerlo, podría hacerla sentir mal, pero si no lo hacía podría lastimar a ambas.


-...Fui yo....








Final alternativo: Historia alternativa

Rogelio estaba en un Ford Mustang SVT Cobra R.

Estaba reposado en el cofre, fumando un cigarro

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Estaba reposado en el cofre, fumando un cigarro. le agradaba más la sensación que le dejaban los puros, pero no había forma de que los trajera a todos lados sin que se echaran a perder. Una caja de cigarros equivaldría a un puro, tal vez, pero al menos sería más barata. Encendió el cigarro con un pequeño fuego en la palma de su mano, sus guantes ya no las cubrían. Comenzó a inspirar la nicotina, filtrando automáticamente todo lo que le hacía daño por su sistema vocal. Exhaló una bocanada de humo pequeña, mientras veía el cielo que se adornaba por pocas estrellas. Se había puesto a pensar el camino que su hermano y él habían recorrido. Le había costado trabajo entender porque rayos Nino se había enamorado de su hermano. No negaría que era un buen sujeto, podía ver el atractivo en él, pero la chica tenía un carácter fuerte. ¿Cómo es que llegó a entender que esa actitud no le serviría con él? ¿Significaba eso que Erik cambió a Nino? ¿Era eso bueno? Sabía los dichos de parejas, de amor, "el amor te lleva a cambiar, pero si solo te cambia y él se mantiene igual la relación no es equitativa". Se necesita que ambos cambien, que ambos sean lo más fieles a si mismos, pero que estén dispuestos a aceptar que no están en lo correcto.

Era extraño, como Futaro había logrado atraer a tres de las hermanas restantes. Miku era una Simp, solo lo quería porque le dio el suficiente valor para cambiar, para intentar cosas nuevas, para ser alguien más sociable. Ichika, bueno, ella se había enamorado de él desde que eran niños, y con sus dotes que la naturaleza, Dios, o quien fuera le había dado, había conquistado LEGALMENTE a Fuutaro. En cuanto a Yotsuba, había resultado ser la niña que Erik había conocido en el pasado, pero no por eso se había enamorado de él ciegamente. Curiosamente, Miku había sido la chica que traía el collar gemelo que Rogelio usó, le había sorprendido pero no dejaría que algo tan estúpido jugara un papel en enamorarse. Sobre todo porque el era algo viejo.

Pero como dicen, la edad no importa cuando el amor florece. Por supuesto, era solo una expresión que no siempre tenía efecto, como los casos de pedofilia, pero eso era otra historia.

-Hermano.-vestido en un traje que ahora solo consistía en su camisa blanca desabrochada, los pantalones negros y los zapatos del mismo color, apareció el celebrado.-¿Qué haces aquí afuera?-iba a seguir hablando, pero decidió esperar a una respuesta.

-Solo pasaba un poco el rato en soledad.-dijo antes de volver a inhalar su cigarro.

-Es una fiesta, nuestra fiesta. Te necesito adentro.-dijo, tratando de ganarle a su amigo y sus intenciones.

-No me necesitas. Tienes a tu esposa, tu familia, gente que se preocupa por ti. Yo solo soy uno de muchos.-volvió a inhalar, pero esta vez el cigarro se había acabado. Malditos cigarros.

-Vamos, solo entra un rato, diviértete, déjate llevar.-le sonrió cariñosamente. Sin embargo Rogelio tomó un nuevo cigarro, y repitió su acción anterior.

-Ya estuve adentro, ahora me toca afuera.-Rogelio estaba protegiendo a Nino y su hermano, puesto que el último había perdido sus poderes de Ghost Rider. Era algo que ninguno de los dos lograba explicar, pero fue la oportunidad perfecta para vivir en paz. Mientras que Rogelio dejó de tener los mismos vehículos, y su moto había desaparecido de la faz de la tierra, se dedicó a cuidar de su hermano a pesar de lo aburrido que podía haber parecido en un principio.

-Vamos, solo un rato más, tomate una cerveza y...-no continuó porque Rogelio negó la oportunidad.

-El alcohol no me hace efecto.-Erik intentó convencer a su hermano por varios minutos más antes de que fallase, Nino lo buscase, y por tanto se viese obligado a volver. Rogelio se quedó viendo el cielo, preguntándose unos minutos después el estado de cierta pelirroja.-¿Cómo estará Itsuki?

Era la única que, hasta donde él sabía, no se había casado. No sabía si era algo bueno o no, solo sabía que estaba soltera cuando checó, pero no recordaba con certeza cuando fue eso. Solo deseó que estuviese feliz, y si no lo estaba ahora mismo, que lo estuviese en el futuro.



Vaya final, ¿no? Falta de ideas mezclada con falta de energías es el resultado. No se enojen mucho conmigo, al menos ya terminé esta historia.

Si alguno está insatisfecho con el final, mis disculpas. Iba a ser más largo y extenso, pero repito, las ideas se me acabaron. O mejor dicho, mis ideas se amontonaron en la puerta, y al parecer tantas decidí dejarlo un poco simple. (Incluso demasiado)

Pero bueno, gracias a los que le dieron una oportunidad a esta historia, gracias por sus comentarios, por sus botos, y por haber leído incluso si costó dos años o más llegar a este punto.

Disfruten de la vida, que tengan paz, y sean felices.

Ghost Rider en Go-tobun no hanayome (COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora