No serían más de las diez cuando el timbre del apartamento de Camila sonó. La chica, envuelta en un pijama que constaba de un short lila y una camiseta del mismo tono se levantó para abrir la puerta al instante.
Dinah entró con una sonrisa en el rostro y una enorme caja cuadrada que aún echaba humo por la pizza recién horneada que contenía dentro.
Ambas chicas habían quedado para cenar después del trabajo, algo bastante común en ellas que solían hacer prácticamente todas las semanas.
Como si aquel apartamento fuese su propia casa, Dinah se deshace de sus zapatos y camina hacia el salón, dejándose caer en el sofá y abriéndo la caja frente a ella, mientras se quejaba en voz alta del daño que le habían hecho los tacones. Camila se apresura a sentarse a su lado y le arrebata un trozo de pizza, cruzando las piernas sobre el cojín.-¿Le has dado tu libro favorito a una desconocida? -pregunta Dinah por fin, a juzgar por su rostro, hacía un rato que quería sacar la conversación.
Camila parpadea un par de veces antes de responder.
-¡No es una desconocida! -se defiende- además, es solo un préstamo.
Dinah la mira sin entenderla demasiado bien, Camila era bastante peculiar con esas cosas, guardaba los objetos importantes para ella como tesoros, por eso al verla prestarle su libro favorito a la chica de la cafetería le costó reconocer a su amiga. Seguía mirandola sin convicción, buscando algo que la hiciese comprenderla un poco más. Esto provoca que Camila vuelva a intentar excusarse.
-No es una desconocida... -repite con menos énfasis- se llama Lauren.
-Dime algo que no sepa... -masculla Dinah en tono burlón. Ella también había estado presente durante la peculiar presentación de la chica, cosa que Camila parecía haber olvidado por completo.
-Pues... -se detiene un segundo, buscando algo coherente que decir- le gusta leer clásicos británicos, ya sabes, Brönte, Austen...
Dinah entreabre la boca divertida y hace una mueca. Esa mueca se convierte poco a poco en una sonrisa pícara y vivaz, muy característica en la chica. No era nada malicioso, simplemente le resultaba divertido ver como Camila era capaz de retener los detalles más insignificantes en su cabeza.
-¡Dios mio, la espías! -brama Dinah, bromeando.
Ese último comentario hace que Camila suelte su trozo de pizza sobre el cartón y se lance sobre Dinah con un cojín en mano, con el que golpea su rostro, dando lugar así a una guerra de almohadas más propia de dos quinceañeras que de aquellas jóvenes camareras.
-¡No la espio! -chilla Camila, que tiene que moverse con agilidad para esquivar las cosquillas que Dinah intentaba hacerle, utilizando el cojín como escudo.
-Sí que lo haces. -finalmente, consigue desestabilizar a la latina haciéndole cosquillas en el costado y esta casi cae al suelo, ahogando una carcajada a pesar de todo.
Su amistad con Dinah era sin duda una de las mejores cosas que le habían pasado en Nueva York.En la otra punta de la ciudad, Lauren estaba tumbada en su cama, mirando al techo con los auriculares puestos. Se deshace de ellos un momento para mirar aquel libro que descansaba en su mesita de noche. Quería empezarlo, pero sinceramente nunca le había llamado la atención ese tipo de literatura, pero cuando recuerda a la diminuta camarera con ese lazo enorme en el pelo ofreciéndole el libro, lleva la mano directamente hacia él. Acaricia su lomo y recuerda cómo el gesto de la chica la había descolocado, Camila había sido amable a pesar de que Lauren jamás le había agradecido ni un solo café.
Lauren nunca dejaba entrar a nadie nuevo a su vida, quizá para protegerles a ellos o quizá para protegerse a si misma, pero entonces, casi sin darse cuenta abre el libro, posando sus ojos en la primera página.-Quizá sea hora de darle una oportunidad. -murmura para sí.
Tal vez fuese hora de darle una oportunidad a "Bajo la misma estrella" o tal vez, -solo tal vez- fuese hora de darle una oportunidad a Camila Cabello.
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En el corazón de Manhattan (Camren)
FanfictionCamila Cabello quiere vivir el sueño americano a toda costa. Trabaja en una cafetería situada en pleno centro de la Gran Manzana, tiene un novio de revista y un enorme talento. Lauren Jauregui, la chica de los ojos verdes, por el contrario, se refug...