Capítulo 17

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Aquello de ir al río después del trabajo se repitió durante los dos días siguientes. Lauren pasaba a recoger a Camila a las ocho y ambas pasaban un buen par de horas en la orilla. Hablaban, Lauren dibujaba el paisaje, a Camila, o ambas cosas. Camila posaba para ella y comentaban "Bajo la misma estrella". Lauren ya lo estaba terminando y aunque nunca lo habria admitido delante de nadie más, le estaba gustando y quería compartir eso con Camila. Aunque la chica de ojos verdes seguía siendo fría, a Camila empezaba a resultarle más agradable y estaba acostumbrándose a sus comentarios y su particular forma de ser.

El sábado no podían repetir su plan; Camila ya le había prometido a Stark que se verían tras el examen y Lauren... Lauren tenía que ir a ver a su hermano, la verdadera razón por la que decidió mudarse a Nueva York.
Lauren fue como cada sábado hacia el centro de rehabilitación caminando a paso ligero. Sabía que Chris estaba mejorando, pero cada vez que pensaba en lo que le había pasado solo quería llorar sin parar. Chris Jauregui, a sus dieciocho años, incapaz de hacerle frente al accidente de coche en el que su novia había fallecido, intentó quitarse la vida, y si no hubiese sido porque Lauren le encontró en el suelo del baño con un último aliento de vida, no habría sobrevivido. Sus padres decidieron que lo mejor sería internarle en un centro bastante famoso de Nueva York hasta que se recuperase física y psicológicamente, y poco después, Lauren decidió que quería mudarse allí. Utilizó la excusa de querer ser independiente, pero todo lo que quería era estar cerca de su hermano.

No tardó más de media hora en llegar, y al ser familiar directo no la hicieron esperar demasiado para entrar al cuarto del chico. Chris estaba tumbado en la cama, despeinado y envuelto en un pijama de cuadros. Aún tenía las muñecas vendadas. Al ver a su hermana entrar por la puerta la sonrisa le iluminó el rostro.

-Hola, enano. -dijo de un modo tan tierno que resultaba irreconocible.

Se acercó a la cama y abrazó al chico con fuerza, dejando un sonoro beso en su cabeza. Él la rodeó con sus brazos e hizo un hueco en la cama para que Lauren se sentase a su lado. Ella así lo hizo y su hermano apoyó la cabeza en su hombro.

-¿Cómo estás, Chris? -preguntó la chica.

-No puedo quejarme -el chico era consciente de que solo por estar vivo, ya tenía bastante suerte- me han dado pasta para comer dos días seguidos y ¡mira eso!
Chris señaló hacia debajo de la pequeña televisión que tenía y Lauren pudo ver una play station. Ambos solían jugar cuando vivían juntos.
-¿Pero de donde la has sacado? -la sonrisa de Lauren era la de alguien que vuelve a su infancia por momentos.

-Me la trajo mamá, Lo. Es la nuestra.

Esto casi hizo que a la chica se le saltasen las lágrimas. Había pasado tantas horas en el salón de su casa jugando con Chris y con su hermana pequeña Taylor incordiandoles a ambos... si había algo que la convertía en débil y vulnerable, eran sin duda sus hermanos.
Estuvieron un buen rato hablando, quizá más de una hora, Chris le habló de las actividades que hacían allí, de los amigos que estaba haciendo a pesar de todo y Lauren reunió una serie de anécdotas entretenidas que había tenido en sus distintos trabajos para sacarle unas buenas risas a Chris.
Quería hablarle de su nueva amiga, quería hablarle de Camila pero no encontró el momento hasta casi el final de su coversación.

-Y... ¿Sigues siendo de piedra, Lauren? -bromeó Chris, conocía ya bien lo dificil que era tocar el corazón de su hermana-

Ella le dió un codazo sin demasiada fuerza, más bien con un enorme cariño.

-Idiota. -hizo una pausa, no estaba segura de qué decir- he conocido a alguien, si.

Chris abrió mucho los ojos y se incorporó para poder mirar bien a su hermana claramente divertido de ver cómo le costaba hablar del tema.

-¿Y la afortunada es...?

Si, Chris era la única persona con la que Lauren había hablado abiertamente sobre su orientación sexual. Ella no tenía miedo de admitirlo en voz alta, si alguien le preguntaba, no negaba ser lo que era, pero simplemente no pensaba que tuviese el deber de decirlo si no tenía porqué.

-No es nada, Chris. Se llama Camila, pero solo somos amigas. -su hermano la miró poco convencido- de verdad, solo amigas.

El chico notó rápido que Lauren no quería hablar demasiado del tema así que no insistió. Llevó la mano a uno de los mandos de la play y se lo tendió a su hermana, cogiendo él el otro y le dedicó una sonrisa como las que le dedicaba cuando tenía diez años.

-¿Lista para que te de una paliza?

-Ni en tus mejores sueños.

Y así, ambos hermanos se pasaron la tarde jugando y riéndose sin ninguna preocupación, dejando a un lado sus problemas y sintiéndose como dos críos divirtiéndose en el salón de su casa.

En el corazón de Manhattan (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora