Capítulo 16

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Lauren no pudo evitar que la expresión de la chica le resultase tierna. Estaba sorprendida, no esperaría que la llevase a un sitio así, pero estaba segura de que a Camila le encantaría y no se equivocó. Muchos dirían que le había llevado al Hudson para impresionarla, pero lo cierto era que ese lugar le parecía tranquilo y apropiado para que dos desconocidas empiecen a conocerse, y esa era su única intención.

-Lo sé, suelo venir aquí cuando… -"no me encuentro bien" quiso decir pero se retractó- a veces.

No iba a mostrarle tan pronto a la camarera que ella también tenía sus momentos de debilidad, en los que necesitaba llorar, o simplemente sentarse apoyada en un árbol a pensar en todas esas cosas que evitaba decir en voz alta.
Camila caminó hacia la orilla, haciéndole un gesto a Lauren con la mano para que la siguiese y cuando la camarera se sentó en el césped, también lo hizo la chica de ojos verdes.

-Así que sales con un Ken… -dice Lauren en un claro tono bromista.

Al principio, a Camila le costó entender que por esa palabra se refería a Stark aunque rápidamente reaccionó.

-Podría decirse que si.
Aunque no quería que Stark estuviese presente aquella tarde, siente la necesidad de contarle a Lauren la historia. En menos de cinco minutos le hace un resumen perfecto de cómo se conocieron, de que empezaron a salir casi al momento y de que Stark era un buen chico y la quería de verdad.
Lauren escuchó todo el tiempo, sin pestañear, pero no miraba a Camila a los ojos, si no que mantenía la vista fija en el agua, evitando de nuevo el contacto visual.  Cuando por fin terminó de hablar, torció el rostro para mirarla por fin, aunque a juzgar por su expresión no parecía demasiado interesada en la relación de Camila y Stark.

-¿Tú le quieres? 

Camila sabía la respuesta, pero no se veía capaz de decirlo en alto, y muchísimo menos a Lauren. Como era habitual en la diminuta latina, se desenvuelve con facilidad para escapar de la pregunta.

-¿Siempre tienes que hacer tú las preguntas? Me raptas para venir contigo al río sin pedirme opinión y encima, ¿no puedo ser yo quien te interrogue?

Intentó parecer seria mientras decía todo esto, y casi lo consigue, pero sabía que se echaría a reir en cualquier momento. En efecto, cuando Lauren la mira con el ceño fruncido aparentemente molesta por su forma de hablarle, la risa sale de su boca casi por instinto.
Lauren niega con la cabeza un par de veces, respirando hondo y se rinde al reproche que le había hecho la camarera cruzandose de brazos.

-Está bien, lacitos… -dice haciendo referencia al enorme lazo de su cabeza- ¿Qué quieres saber?

Camila ni si quiera lo duda.

-¿Quién ocupa el corazón de alguien como tú? -el descaro se palpaba a la perfección en su voz.

Esta vez es la risa de Lauren la que inhunda el lugar. Le resultaba divertida aquella pregunta. Su corazón no tenía sitio para nadie. Pensaba que Camila ya se habría dado cuenta de que Lauren Jauregui no era el tipo de chica que se enamora. 

-No es quién, si no qué.

La expresión de Camila deja ver sin duda que no captaba ni una sola de sus palabras. Lauren, al darse cuenta de esto pronuncia algo que suena más como una órden que como una petición.

-Sientate cruzando las piernas y apoya las manos en las rodillas.

La latina obedece, de nuevo, sin cuestionar a Lauren y esta se incorpora ligeramente. Saca un cuaderno de su mochila y lo abre por una página al azar. Con un carboncillo negro comienza a rasgar sobre el papel líneas que Camila no podía ver. La chica intentaba vislumbrar algo pero cada vez que se movía de su pose, Lauren rechistaba y ella volvía a quedarse quieta. 
Parecía absolutanente profesional, sus ojos verdes dejaban ver la concentración que había en su trabajo. Sus dedos se movían rápido, como si aquel lápiz fuese uno más de ellos, y el retrato de Camila iba tomando forma en manos de Lauren.
Quería captarlo todo: las ondas de su pelo, el hoyuelo que formaba su sonrisa en sus mejilla, los minúsculos lunares de su brazo… todo. Y así lo hizo después de una media hora que en su universo pasó en lo que parecieron segundos.

-Este es quién ocupa mi corazón. -dijo Lauren señalando al lápiz con la barbilla.

Camila sonrió por la perspicacia de la chica y en el fondo, una vez más, Lauren la había sorprendido con su reacción. Acto seguido se abalanza hacia el folio de un salto, quería ver que tal había quedado. Aunque Lauren eleva los brazos para chinchar a Camila y que no pudiese alcanzar el dibujo, finalmente se lo termina cediendo. La latina, al tenerlo frente a frente lo mira perpleja: era prácticamente como una fotografía.

En el corazón de Manhattan (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora