37. Para siempre ~ Segunda Parte ~

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Capítulo dedicado a las nuevas personitas que llegan día tras día.

¡¡Muchas gracias por su apoyo 💕!!
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–Asi que, en resumen, eso es lo que pasó – un tono de lástima  era perceptible en la voz de la joven–.   A-Luo tenia una expresión muy miserable. 

Liu MingYan se limito a asentir mientras disfrutaba de su taza de té, escuchando atentamente a su mejor amiga.

– A-Fan  me dijo que no me preocupara, pero no puedo borrar de mi mente la expresión de dolor  en el rostro de A-Luo – Ning YingYing suspiro con pesar –. Cómo Omega, entiendo lo difícil que es estar alejado de tu Alfa… me preguntó si el maestro Shen estara bien. 

–Pasaron cinco años desde que Luo BingHe se fue y después regresa sin decirle nada a nadie. Así que comprendo la ira de Shen DaGe  con lo sobreprotector que es con el Maestro Shen – comentó Liu MingYan  con un brillo especial en los ojos –. Pero aún así, Shen DaGe no debe intervenir en la vida amorosa de su hermano menor. 

–¡Eso fue lo que le dije a A-Fan, pero él me dijo que no me involucrará de más!–  se quejo la Omega con un pequeño puchero en sus labios. 

–¿Quién dice que nos vamos a involucrar? Solo les daremos un pequeño empujón –  una sonrisa divertida se instaló en los labios de Liu MingYan.

Ning YingYing respondió a la sonrisa de su mejor amiga  con  una sonrisa aún más brillante.  Sin perder tiempo, saco el móvil de su bolso y busco  el número de contacto de Luo BingHe. Agradecía a los cielos que esté siguiera siendo el mismo después de todo ese tiempo o almenos eso fue lo que había dicho el Alfa. 

A su vez, Liu MingYan tomo su móvil y escribió rápidamente un mensaje de texto. Tras enviarlo, siguió tomando tranquilamente de su taza de té. 

*****

 –...97, 98, 99, ¡100! ¡Listos o no, ahí voy! 

Pequeñas risas se escucharon por la sala de estar, mientras Shen Yuan "buscaba" a los alrededores.

Caminando  lentamente, Shen Yuan se acercó  al sofá y se asomo en la parte de atrás, alcanzando a ver un pequeño piecito.

–¿Dónde, dónde, dónde estarán? – canturrio el Omega  pinchando el pequeño piecito,  obteniendo en respuesta un leve gritito de sorpresa –. ¡Te encontré! ¡Xuan-er! 

El pequeño niño, de no más de tres años, salió de debajo del sofá con un pequeño  pechero en su rostro. 

–Ahora Xuan-er podrá ayudarme a encontrar a los mellizos – consoló Shen Yuan despeinando la cabellera del menor, quien rápidamente asintió. 

– ¡Tian Tian ! ¡ Xi Xi !  – llamó el niño de tres años, obteniendo en respuesta leves risitas ahogadas –. ¡Ahí vamos! 

Shen Yuan negó divertido, antes de continuar buscando alrededor de la sala. 

Los pequeños mellizos, eran realmente buenos en esconderse. La ventaja era que siempre se escondían juntos y  en los mismos  lugares cada vez que jugaban, así que tras haber jugado a las escondidas más de una docena de veces, Shen Yuan sabía dónde buscar. 

–Xuan-er, ve por allá y yo iré por acá, ¿de acuerdo?  

El menor asintió y se dirigió de puntillas a dónde le indico el mayor. Shen Yuan se llenó de ternura ante la imagen que brindaba el pequeño. 

Rodeados los mellizos no pudieron escapar, por lo que  saltaron de su escondite a  los brazos de Shen Yuan, quien desprevenido cayó al suelo.

–¡Bolita! 

Orgullo y PrejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora