な noveno capítulo

56 10 0
                                    

Sabía que Lisa estaba demasiado avergonzada como para darle la cara, pues desde el día de ayer había estado evitando a la peli rosa a toda costa, tratando de encontrarse con ella durante poco tiempo, de hecho había dormido en completo silencio esa noche, y ahora, ella inventaba excusas para irse, sin embargo Chaeyoung no le creyó.

Se cruzo de brazos mirándola fijamente, alzando una de sus cejas sin apartar su mirada en ningún momento de ella, poniéndola más nerviosa de lo que ya lo estaba.

—Así que... ¿Iras con Jungkook de compras? —Ladeo la cabeza, erróneo, ella odiaba ir de compras y especialmente con el azabache, pues el jamás dejaba de hablar sin parar de sus marcas favoritas de moda o ahogarla con temas de conversación inservibles y completamente al azar, para no decir que eran estúpidos —¿Estas completamente seguro de que nada de esto se debe al incidente de anoche?

La pelinegra negó repetidas veces asustada, se veía increíblemente nerviosa, y Rose sabía diferenciar de cuándo lo estaba, porque no paraba de jugar con el collar que llevaba puesto o de morder sus labios con insistencia —Pff, obvio no, es solo que hay veces en las que también quiero pasar tiempo con tus amigos Rosie —En su tono de voz también se mostraba el fastidio, y eso solamente le decía que era más que obvio de que aquel cuento de "Las compras" no era más que una simple mentira la cual se veía descaradamente en la superficie.

La peli rosa se acercó a ella y sostuvo sus mejillas entre sus manos —¿Porque debes sentirte avergonzada? No tiene nada de malo que te guste la música, además, fue lindo verte tocar —Le regalo una pequeña sonrisa haciendo que la pelinegra apartará la mirada evitando mirarla a los ojos —Fue la primera vez que pude sentir que realmente veía otro lado muy diferente de lo que me muestras; sin intereses, emociones demasiado fuertes, y solo un ligero gusto por la poesía. Por una vez finalmente pide sentir que vi una parte completa de lo que eres, de aquellas pequeñas y insignificantes cosas que te gustan, te atraen, o incluso te apasionan, nunca me muestras nada pero yo siempre quiero verlo todo, porque es algo que me importa a mi Lisa.

Se acercó lo suficiente y dejó un suave y tierno beso sus labios para transmitirle un poco de confianza y tranquilidad, y así fue como sintió a Lisa destensarse un poco y suspirar.

—¿Es enserió? —Interrogó en voz baja alzando finalmente su mirada para verla, sus expresiones estaban un poco más relajadas mostrándose ligeramente más tranquila y menos nerviosa que antes.

La peli rosa asintió levemente acariciando con sus pulgares las mejillas de la contraria aún sonriendo.

—Bueno... Eso me alegra, ahora, ve a ponerte algo casual cariño —Sonrió esta vez la pelinegra, confundiendo a la menor.

—¿Casual para que? —Interrogó ladeando la cabeza.

—Porque en recompensa, te llevaré a un lindo lugar, te lo mereces después de haberte tratado de evitarte por vergüenza durante todo este tiempo —Y ahí fue cuando la peli rosa sonrió

[ … ]

—Quédate tranquila ¿Si? —Lisa miraba de reojo a la peli rosa, sosteniendo su mano y acariciando el torso de esta con su pulgar, una sonrisa pequeña permanecía en sus labios mientras ambas caminaban entre los árboles con un rumbo indefinido para la menor.

Lisa había vestido a su hermosa esposa –una palabra la cuál jamás se cansaría de decir– con ropa bastante cómoda para ser sinceros, a pesar de que en el caminó la menor se las había ingeniado para robar su preciada sudadera de color negro. Amaba como se veía su hermosa mujer al usar aquellas prendas de ropa que le pertenecían, a pesar de que estaba segura que la peli rosa amaba usarla de la misma manera en la que la pelinegra amaba verla vestirla.

En todo el camino la peli rosa había estado bastante dopada y soñolienta, y estaba segura de que la causa era el fuerte y tranquilizante olor que emanaba aquella prenda de ropa que portaba, su olor de alguna manera tranquilizaba en grandes cantidades a aquella pequeña bolita de sueño que casi se abalanzaba en los brazos de Lisa completamente empalagosa, soñolienta y cariñosa.

—Es fácil decirlo, pero ahora por tu culpa tengo sueño —La menor se quejo abultado su belfo inferior, haciendo un puchero que pronto fue llenado de besos por Lisa, sonrojandola levemente —Además, llevamos veinte minutos caminando y si seguimos en este paso posiblemente termine necesitando un par de pies nuevos.

—¿Así que es mi culpa? —Alzo una de sus cejas observando a la menor quien solamente reprochaba de manera dramática, después de estar quejandose sin fin durante todo el lapso de tiempo que estuvieron caminando, definitivamente estaba muy sensible debido al suelo que tenía —Entonces, supongo que yo deberé arreglarlo —Lisa paro en seco, y la peli rosa la miró confundida sin saber el porqué se habían detenido de una manera tan repentina para ella.

Lisa no le permitió reaccionar, la alzo obligándola a enrollar sus piernas en sus caderas para evitar caerse, la sostuvo por los muslos atrayendola a ella. Chaeyoung al caer en cuenta a volteado un poco para observarla notando la sonrisa que la pelinegra mantenía en su rostro desde que habían salido de aquella habitación de hotel.

—¿Mucho mejor? —Interrogó mientras las mejillas de Chaeyoung se pintaban de un hermoso color carmesí.

La peli rosa movió su cabeza en afirmación antes de ocultar su rostro en la curvatura de él cuello ajeno, asiendo sonreír a la pelinegra en el acto, quien solamente se quedó callada mientras seguía su camino. En algunas ocasiones, sus impulsos podían más que ella y acariciaba un poco los muslos de Chaeyoung, quien se ruborizaba cada vez que sentía el tacto que amenazaba con subir un poco más y tocar un poco más de su piel expuesta debido al short que cargaba puesto en aquel momento.

—Cuidado con tus manos, señorita —Advirtió así Chaeyoung al notar las intensiones contrarias.

—Lo que tu digas —Respondió ella sin interés alguno en hacer caso, solamente sonriendo levemente.

De un momento a otro ya habían parado, por lo que Rose supuso lo obvio; ya habían llegado al lugar a su destino final de aquel día. Con mucho cuidado fue dejada en el suelo y finalmente volteo, sus ojos brillaron con increíble deleite al ver el hermoso paisaje que las acompañaba.

El sol se ocultaba entre las montañas pintando el cielo de un hermoso color púrpura bastante claro, con celeste y un poco de amarillo pasando desapercibido ante las miradas ajenas que observaban aquel hermoso paisaje, al rededor estaba un hermoso campo de flores.

—Oh, Dios, esto... Es hermoso —La menor miro a su alrededor asombrada.

Y así, Lisa la atrajo hasta ella y la beso, el sentimiento de euphoria lleno sus corazones, sintiendo el calor del cuerpo ajeno.

Sería un hermoso día

again the euphoria [ 2 ] 'nd chaelisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora