な décimo capítulo

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En múltiples ocasiones, Lisa había hecho sentir a Rose bien, sin embargo con el tiempo no todo se olvida. En el pasado siempre van a quedar rencores, emociones negativas, malos recuerdos, traumas, o sentimientos reprimidos.

Ahora, Rose se encontraba sentada en la acera de la calle en frente de aquel hotel en donde ellas se hospedaban hasta conseguir un lugar seguro para poder establecerse por un tiempo indeterminado, ya era la tercera vez en la semana que habían tenido que moverse de lugar para evitar ser encontradas. El reloj marcaba las doce en punto de la madrugada y del cielo caía la lluvia mojando el asfalto, y así a todo lo que había en su camino.

Su cabello se pegaba a su frente al igual que la ropa mojada, abrazaba su propio cuerpo observando a la nada esperando no ser encontrada por la pelinegra, quien posiblemente seguía profundamente dormida, porque de lo contrario seguramente ya estuviera buscando por todos lados a la peli rosa, quien se había escabullido de la cama y luego de la habitación hasta salir sin que se diera cuenta en lo absoluto de aquello.

Esa era una manera de castigarse. En lo que su mente pasaba, aquellos problemas e inconvenientes que habían sucedido eran por su culpa, y en su consciencia solamente rondaba la idea de castigarse a sí misma por aquello, saltandose varias comidas sin que Lisa lo supiera, padeciendo continuos dolores de cabezas y mareos sin siquiera tomar pastillas de medicina para aliviar el dolor.

Porque en su mente, ella lo merecía.

Abrazo con fuerza sus piernas sintiéndose completamente perdida, quizás lo estaba, quizás estaba perdiendo la cabeza sin ni siquiera darse cuenta de que lo estaba haciendo. Su cuerpo comenzaba a temblar, una sensación placentera de hacerse sufrir a si misma, sintiendo que en su propio cuerpo podía hacerse justicia.

Y malditamente deseaba que alguien detuviera su dolor y la ayudara.

Alzo la cabeza, observando la noche estrellada que la acompañaba a tales horas, las características luces de un auto alumbraron ligeramente su rostro, auto que se estacionó frente a ella, cuando la puerta se abrió la peli rosa pudo distinguir una sombra bastante peculiar y familiar dentro del vehículo.

-¿Seulgi? -Murmuró bastante sorprendida.

-¿Chaeyoung?

[ . . . ]

-Oh Dios mio, no creí haberte encontrado en un lugar como este, ni siquiera he sabido nada de la señorita Manoban desde que mencionaron sobre su matrimonio un día antes de la boda, fue una lastima que no pude ir -Había mencionado Seulgi recogiendo su pedido de la ventanilla del autoservicio de la cafetería a la cual habían elegido ir, Rose se encontraba sentada en el asiento del copiloto, completamente empapada, a pesar de que a Seulgi no le había importado eso antes de invitarla a dar una vuelta y pláticar en su auto.

Rose se tenso un poco sobre la repentina mención de la boda de un momento para otro.

Ella solamente sonrio incomoda y decidió no decir nada al responder con sencillez : -Si, todo paso muy rápido, fue bastante brutal todo lo que pasó.

-¿Y la señorita Manoban, como se encuentra? -Interrogó cerrando la ventana para así mirar hacia el frente.

-Uh, ella se encuentra bien -Sostuvo el pedido en sus manos mientras que Seulgi se estacionada en uno de los lugares para poder conversar con más calma -Toma, un capuchino con vainilla -Le pasó el cafe, el cual amigablemente recibió la contraria con una gran sonrisa.

-Eso me alegra bastante, la señorita Manoban se encontraba bastante alegre por su boda, aún recuerdo el día en que le confesé el trato de sus padres con usted, cuando aceptó la propuesta de formar lazos matrimoniales con la joven ama -Rose volteo de manera casi automática a mirarla bastante sorprendida ¿Enserio... Lisa se había sentido alegre debido a la propuesta aceptada?

-¿Ah si? -Interrogó sacando su chocolate con vainilla y su postre de la bolsa del pedido.

-Oh, si. Recuerdo que salto del sofá como si estuviera en shock, no se lo vio venir para nada, al igual que al personal, todo fue una completa sorpresa para todos cuando se anunció el esperado matrimonio de la Joven ama, pensamos que jamás podría darse una boda por parte de señorita, la desesperación a cierto punto fue tanta que los amos estaban dispuestos a tener otro hijo para mantener vivo el legado Manoban -La boca de la peli rosa se abrió en una perfecta "o" completamente asombrada por aquello de lo cual jamás había sido informada, ni siquiera se había llegado a mencionar en su presencia por lo que de cierta manera resultaba... ¿Impactante? Un poco.

-Yo... Comprendo -Fue lo único que logro murmurar antes de alzar la cabeza -¿Y hay algo más que allá sido dicho entre el personal de los Manoban? Me da bastante curiosidad debido a que posiblemente millones de grandes historias deben estar circulando por la gran mansión.

Seulgi miró hacia algún punto, pensándolo bastante bien antes de responder : -Uhm... Nop, nada por el momento. Solamente sabemos que todos aquellos empleados que asistieron o trabajaron en la boda Manoban han sido cambiados por empleados nuevos de manera repentina, todo a sido bastante difícil pero por el momento, nada se a dicho al respecto de nada.

Rose asintió un par de veces soltando un gran suspiro.

-Y hablando de otro asunto, ¿Como te has sentido tú desde la boda? Fui informada de que verdaderamente al inicio aceptaste casarte con la joven ama por una propuesta debido al caos del momento -Rose sintió paralizarse.

¿Que era lo que ella sentía? Ni siquiera ella lo sabía realmente, ¿Pero como expresar el como sentía algo que ella ni siquiera sabía como decir en sus propias palabras?

-Uh, supongo que bien, al poco tiempo descubrí que había vuelto a sentir con Lisa lo que había sentido años atrás, por lo que todo está mucho mejor que antes para nosotras.

-Así que... ¿Ustedes tienen sentimientos compartidos aún o algo así? -Interrogó ladeando la cabeza ligeramente sin apartar su mirada de el cuerpo, incomodandola un poco.

-Se podría decir.

-Y ustedes... Suelen salir con mucha frecuencia.

-E-eh ¿Por qué de la nada me abordas con tantas preguntas?

-Supongo que es la curiosidad -Se encogió se hombros y finalmente miró alrededor.

¿En qué momento se habían estacionado en frente del hotel?

-Uh, supongo que aquí es que te hospedas por el momento, así que ten cuidado Rosie -Seulgi sonrio levemente y abrió los seguros de las puertas.

-Gracias... Nos vemos luego, Seulgi -Y así Rose se bajó y camino hacia la puerta del hotel, mientras aquellos ojos no se despegaban de su persona.

Seulgi, sacó su celular y marcó a un número de manera rápida, acercandolo a su oreja.

Un repique... Dos repiques... Tres repiques...

-Señorita, he descubrido la información que usted necesitaba -Informó Seulgi.

-Muy bien, Seulgi, veo que sigues siendo leal después de tanto tiempo...

again the euphoria [ 2 ] 'nd chaelisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora