な decimoctavo capítulo.

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En la sala la pareja felizmente se encontraba conviviendo, devorando aquellos deliciosos dulces que SeokJin les había traído para calmar las cosas y tomando soda que había de más en la alacena, la pelinegra solo veía a su pareja con detenimiento mientras escuchaba las millones de cosas que Rose tenía por decirle, explicando cada pequeña cosa sobre una película que estaban viendo pues la pelinegra no había visto la saga completa de esta.

-¡Aún no puedo creer que nunca vieras la saga! Amo estás películas desde siempre. -Comentó con emoción la pelirosa, Lisa nunca fue una chica que sea fanática de aquellas películas románticas que toda chica conocía en su adolescencia. Siempre había sido más de comedias o películas de acción, nunca fue de programas cursis aunque aveces solía ver dramas coreanos para pasar el rato.

-No me gustan este tipo de películas, princesa. Eso ya lo sabías. -Como si no fuera obvio volvió a decirlo, mientras alzaba una de sus cejas en dirección a su amante.

Rose no evitó poner los ojos en blanco en cuanto terminó la oración, y tomó un puñado de palomitas la cuál se lo metió todo en la boca silenciandola.

-Duh, soy tu esposa. Pero aún así te lo pierdes, estás películas son lo máximo ¡De verdad! Tienen de todo, drama, romance, suspenso... -Enumeró con sus dedos cada una de las cosas.

-Cliché, relaciones tóxicas, un metiche rompe hogares. -Contraataco después de haber gravado el puñado de palomitas que fue puesto en su boca, Rose la miró con una mirada amenazante y estaba segura de que, si la miradas mataran, ya estuviera tres metros bajo tierra. -¿Me culpas? Esa es la trama de casi toda película así, aún así las veo porque a ti te gustan.

Golpe bajo, porque Rose ya estaba chillando de la ternura y estrujando las mejillas de la azabache, besándola repetidamente en pequeño picos.

Lisa no hizo el más mínimo intento de apartarla porque a parte de saber que era inútil, realmente disfrutaba de los pequeños besos que eran plantados una y otra vez sobre sus labios, casi pensando en dejar a un lado la película que venían y simplemente abalanzarse sobre ella y besarla como realmente deseaba hacerlo.

Pero rápidamente aquellos besos fueron olvidados cuando de la nada la pelirosa volteo y soltó un chillido al darse cuenta que ya había pasado una parte importante de la película.

-¿Por qué te molestas? Ya la has visto como un millón de veces, cariño. -Lisa trato de tranquilizarla al ver los pequeños pucheros que Rose había comenzado a hacer con decepción porque ahora la azabache estaría perdida al perderse tal acontecimiento importante que pasaba.

-Si, pero tu no.

-Bonita, no me interesa en lo absoluto esa película. -Atrajo de nuevo a la pelirosa hacia ella, sentandola sobre su regazo sosteniendo con firmeza su cintura mientras sus labios se posaban sobre su tierna piel expuesta del cuello de su esposa. -La única razón por la que estoy aquí viendo esta película es por pasar tiempo de calidad con mi hermosa esposa en un día nublado.

Y oh... Las mejillas de Rose se pintaron de un color carmesí que hizo furor en todo su rostro, el cuanto quiso volver a abrazarla trato de apartarla con bochorno.

Chilló tratando de apartarla hasta caer a su lado, pegándole de una manera sutil y indolora con una de las almohadas que ahí se encontraba.

Se sentía avergonzada, trató de hacerle la ley del hielo a Lisa poniendo la misma almohada con la que anteriormente golpeó en juego sobre su propio regazo mientras se encogia en si misma, sin tener más remedio que mirar a la película y tratar de concentrarse en ella.

Algunos minutos pasaron en completo silencio entre ambas, Lisa pensó por un momento que sería un desperdicio total y que se quedaría sin atención alguna por el resto de la película, pero cuando ya tomo la opción de otra conversación por muerta unos suaves ruidos la hicieron voltear en dirección a su esposa, quien cubría sutilmente su rostro con la almohada.

again the euphoria [ 2 ] 'nd chaelisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora