な onceavo capítulo

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Algunas veces las personas se dan cuenta de las cosas tardíamente, se dan cuenta de que sus acciones, palabras o pensamientos se llegaron a perjudicar a sí mismos de una manera muy diferente a la cual normalmente los otros lo harían. El pecado más grande del ser humano eran sus pensamientos los cuales normalmente eran una completa tortura para aquellas almas que divagaban perdidamente dentro de ellos.

Solo el ser humano sentía envidia.

Solo el ser humano sentía culpa.

Solo el ser humano sentía resentimiento.

Solo el ser humano sentía tristeza.

Solo el ser humano se sometía a sí mismo a la auto exigencia del día a día.

Y habían momentos, en que aquellos simples pensamientos podían acabar con la vida de una persona en solo cuestión de segundos, haciendo que las lágrimas se acumularán en sus párpados.

Sin embargo a quienes más afectaban eran a aquellas personas temerosas. Todas aquellas insignificantes almas que veían como una muestra de vulnerabilidad o debilidad los sentimientos, ahogandolos en lo más profundo de su subconsciente creando sólo una bomba de tiempo.

Muchos dicen que los últimos minutos de conciencia en el dia siempre son los peores cuando te quedas tu solo con tu conciencia y terminas matando un poco más de tu humanidad.

Lisa había aconsejado a Rose para conseguir ayuda psicológica para superar la muerte de su madre y padre, pero Rose aún no estaba segura de aquello.

A pesar de siempre divagar en sus pensamientos sobre cuál era la decisión correcta siempre terminaba inconforme y decía que lo dejaría para otra ocasión.

Pero esta vez se inclinaba a escuchar los múltiples ruegos de la pelinegra con que buscará ayuda profesional en vez de valerse por si sola. Pero no porque estaba loca, no no, era porque aquellos pensamientos empezaban a consumirla por dentro.

Ahora, Chaeyoung se encontraba en el bar del hotel, terminando de pagar la cuenta antes de levantarse, solamente había bajado a tomar un trago con uno de los inversionistas de la empresa Manoban pues Lisa le había dicho que estaba muy cansada como para atender a aquel hombre que solamente estaba hablando y divagando un montón de cosas que cosas que Chaeyoung no entendía y mucho menos quería comprender. Con un suspiro se despidió de que aquel hombre fingiendo amabilidad con una pequeña sonrisa forzada y después se dirigió a habitación un poco aturdida y cansada, por suerte aún seguía sobria embargo aquellos tragos habían hecho que sus pensamientos dominarán un poco su subconsciente.

Cuando finalmente llegó a la habitación sonrió debido al alivio que sentía en su cuerpo, solamente quería un relajante baño y dormir por el resto de la noche hasta la mañana siguiente, sin embargo su cuerpo se tenso cuando busco la tarjeta de la habitación del hotel, su cuerpo corporal se erizo y su mirada se quedó fija en la puerta blanca de la habitación ¿Que mierda le estaba pasando ahora? Su pecho se lleno de un sentimiento confuso de preocupación, por lo que se apresuró –casi lanzando sus cosas en el suelo– para poder conseguir la maldita tarjeta, apenas sus dedos tocaron el plástico de la manera más rápida posible abrió la puerta y entró rápido al cuarto, todo estaba callado y un poco oscuro a excepción de una figura sentada en medio de la habitación en completo silencio; abrazaba sus rodillas pegandolas a su pecho, su cabeza estaba baja y su mirada se veía perdida.

Cuando Rose encendió la luz quiso gritar al ver a Lisa en el suelo, su cabello estaba desordenado, habían rastros de lágrimas secas en su rostro y sus ojos estaban rojos. Se apresuró a correr hacia ella y abrazarla, rodeando su cuerpo con su brazos.

again the euphoria [ 2 ] 'nd chaelisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora