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El semestre avanzó sin problemas igual que mi relación con Camila, una vez la fui a verla a su casa para ayudarla con una tarea, pude platicar con su madre; la señora Eva. Me trato con mucha amabilidad y podría decir que fue un dialogo en la que se demostró cierto aprecio sin importar que era la primera vez que nos veíamos.

Parece ser que le hacía feliz ver a su hija tan emocionada por culpa de un joven educado y de bellos sentimientos, forma en que me describía Camila en las pláticas familiares; en mi mente me reí, si la señora supiera que aun después de tanto tiempo el rencor se mantenía y que la relación con su hija comenzó por un plan de venganza que con el tiempo desapareció. Me enamore yo también, ella si era pura y me encantaba que conociera el mundo conmigo.

La señora Eva me platico que su hija todas las tardes durante platicaba con ella, le pide consejos porque el sentimiento que desperté en ella era incontrolable y sentía un temor a que yo faltara a mi palabra haciéndola sufrir; eso no era algo que quisiera hacer, pero sinceramente me asustaba que ella estuviera tan ilusionada y quisiera adelantar las cosas.

Por fin salió Camila y comenzamos con la tarea, como de costumbre comencé con mis bromas que hacía carcajear hasta la señora. La verdad fue una tarde bastante agradable, ya casi al término de la luz natural, doña Eva me hizo una pregunta que nadie esperaba y Camila con notable desagrado recrimino a su madre por tan incómoda pregunta.

La pregunta era de mi anterior relación con Inés, le inquietaba que desde que su hija yo éramos novios no veía a la mejor amiga que coincida ser mi ex novia; en su cabeza se formó una idea en la que yo fui la causa de la ruptura amistosa de ellas dos. Eso me hizo reflexionar, ¿Cómo un tipo que se consideraba de aspecto no agradable y de carácter difícil podía ser considerado la manzana de la discordia entre dos amigas?

Entendí mi evolución en todos los aspectos y que aparentemente no me había dado cuenta por mi continua pelea moral. Me vi al espejo y descubrí un Borja diferente, delgado, sonriente y con gran sentido del humor, hice una broma de la metamorfosis señalándome como una bella mariposa que abría sus alas a la libertad.

Fue cuando entendí el sentido de la vida, estaba totalmente centrado y retraído en mis pensamientos que no me había dado cuenta de mis cambios, seguía corriendo y trabajando, mi estilo de vida dejo de ser sedentaria y comencé a tener una vida productiva, lo mejor de todo es que a mi lado había una noble mujer que con lágrimas en los ojos me había consagrado toda su vida.

Me emociono hasta las lágrimas y que su madre aceptara y apoyara estas palabras me hacía sentir especial, sentí mi corazón regresar a mi pecho; por fin después de días absurdos vi el brillo del sol y la belleza de la luna, pero ni las más bellas estrellas se comparaban a ella. Tanta fue mi emoción que le platique a mi madre de la mujer que me acompañaría toda mi vida. 

Perdí mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora