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Unos cuantos días después de que Inés murió, su madre me culpo. Básicamente porque no le hice caso a los ruegos de su hija y termino suicidándose, creí que lo mejor era hablar con ella y dejar las cosas claras.

Fue una pésima idea, la plática comenzó en un entorno de respeto y lentamente evoluciono, los argumentos acalorados se hicieron presentes, me molesto mucho que su hija era la victima cuando ella me hizo parecer un degenerado enfrente de mucha gente, yo era el malo por no querer estar con una persona que había demostrado no tener un alma vacía.

Creo que dije cosas que no debí decir nunca y menos a tan poco tiempo de su muerte, los resultados no fueron los que yo esperaba. La señora en lágrimas y voz entrecortada me amenazó, no solo a mí, se atrevió a mencionar a mi mama y también a Camila; perdí la cabeza y reaccioné. Las amenazas fueron de un lado al otro.

Pensé que solo había sido cosa del calor de la plática y que realmente ninguno de los dos haría algo en contra del otro, además esa platica me dejo un cargo de conciencia enorme, de verdad creí que yo era el culpable de la muerte de Inés y el dolor de su familia, por eso las noches de insomnio y el motivo de que le pidiera perdón en la tumba, lo hice para liberar mi alma y fue el peor error que pude cometer.

No sé quién me vio, pero la señora supo que fui, no sé qué le inventaron, una simple visita fue el motivo para que la familia inventara muchísimas cosas, desde que me burlaba aun después de su muerte hasta que fui a su tumba y le hizo una especie de hechizo.

Esos inventos fueron el detonante de toda esta historia, comencé a ver personas bastantes raras que rondaban de maneras muy extrañas, mama lo notó igual, no le dimos importancia, hasta que me llego una amenaza por escrito, me relataba toda mi rutina diaria con horarios precisos, supe que las amenazas que se dijeron en aquella platica eran reales y no producto del enojo, no entiendo que me paso.

Cuando termine de leer la amenaza me enoje bastante, la ira me poseyó y simplemente reaccione, fui a buscar a la señora, sabía perfectamente que después de esa confrontación solo uno terminaría vivo.

Perdí mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora