15

2 0 0
                                    

El cargo de conciencia fue imposible de controlar, comencé a tomar y probé unas cuantas drogas, en mi mente lo hacía para salir de mi realidad y simplemente olvidar; me salió al revés, cada trago de alcohol y cada droga diferente que utilicé se convertían en un recuerdo aún más penetrante.

Al paso de unos cuantos meses ya era un drogadicto que en su aislamiento se quedó solo emocionalmente, la incomunicación física no me importaba, pero me afectaba el sentir un apoyo y cariño nulo.

Así pensaba en ese momento, que estúpido, siempre detrás de mí estuvieron Camila y mi madre, hice que mi pequeño hermano se alejara. Mi madre al ver mi pésimo estado decidió mandarlo a estudiar a otra ciudad; cuando se despidió mi corazón se estremeció, en su cara se notaba que no quería irse, por mi egoísmo hice sufrir a mucha gente.

Esto me hizo odiar a Inés, por su culpa perdí meses de mi vida y en ese momento estaba dañando a personas importantes en mi vida, trate de salir de esa situación y no podía, cada vez consumía más y parecía no hacerme efecto, mi cuerpo se demacro completamente pero mi memoria parecía no varían ni tan solo un poco.

Me contrarié, no podía entender cómo podía sentir tanto odio por una muerta, todas las veces que la tuve frente a mi sentí lastima y compasión por ella, ahora que no podía verla solo la quería hacer sufrir, algo imposible, pero era una idea que no podía sacar de mi cabeza, una suicida me hizo sufrir en vida y en muerte me está haciendo sentir peor.

La vida es tan traicionera, me sentía tan feliz, veía un futuro hermoso y pleno, en ese momento todo se destruyó, mi vida se desmorono enfrente de mis ojos y no hice nada por detenerlo, hasta aporte a ese derrumbe.

Me sentí perdido y frustrado, solo un pensamiento daba vueltas en mi cabeza, no me interesaba porque, pero necesitaba desahogar mi furia y como ella ya no estaba, entonces la victima seria alguien cercana a ella.

Perdí mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora