ᴏɴᴇ sʜᴏᴛs

𝑆𝑎𝑛𝑧𝑢.

Inspirado en el cover de Lana del rey- Doin Time.

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11:45.

En Tokyo, existía un bar, pero no cualquier bar.

Era un bar secreto, las personas normales no concurrían ese lugar, eran un lugar para personas con trabajos, moralmente incorrectos. Sí, llámalo así.

Éste lugar sólo existía con el fin de llegar un fin de semana y relajarse de un día cansado, tomar un trago, y si quieres algo más... Indecente, pagarle a una de las prostitutas de dicho bar y follar un rato.
Éste bar, tenía servicio al cliente de todo lo que puedas imaginar, desde servicio de sexo común, hasta lo más bizarro que puedas pensar.

El tipo de gente que concurría éste bar, eran personas tanto del bajo mundo, cómo incluso personajes del gobierno. Eran común ver mafiosos y alcaldes convivir en dicho bar.
Podías ver de todo en una noche, desde shows sexuales disponible para el público, hasta ver gente drogándose, metiéndose de todo tipo de porquería.

Dicho bar, tenía como nombre Fantasy.

Éste lugar no es para gente común y corriente.
Éste lugar es para las personas con fantasías más oscuras.

Sin embargo...

Allí, en ese bar, hay un show. Que extrañamente, es el más aclamado al público. No es sexual, bizarro o alguna mierda así.

De hecho, era el único show normal que existía, y te preguntarás:

¿Porqué, en un lugar dónde los shows son bastante subido de tono, hay un show simple y normal?

Muy sencillo, en un lugar tan deplorable, tan sucio, tan dañino, hasta el ser mas inhumano y cruel siempre anhelara un rayo de luz, de inocencia y olor a fresas frescas. Y ella era ese escape.

Y lo sabia muy bien, al fin y al cabo, la hermosa chica no era solo una cara bonita y solo se limitaba a poseer una encantadora voz, que muchos consideraban un pequeño escape de su asquerosa realidad. ¿Qué puede decir? La paga es buena.

Nadie sabe su nombre, su edad, su vida, sí tiene familia... Nadie. Es como un fantasma con una figura tan dulce y labios que te podrían susurrar lo más cruel y aún así, sentir en tú oído la frase más dulce y armoniosa que jamás hayas escuchado. Sólo se conocía el nombre que todos usaban para referirse a ella, el cuál era Angel.

La clientela de dicho club profano, cada persona que pisaba dicho lugar, tenia su propio objetivo y porque de estar allí, todos estaban alli por algo.

Unos querían oír como la voz de la frágil Angel se rompía mientras satisfacían sus propios deseos carnales. También como dije con anterioridad, follar un rato con alguna prostituta y tal vez meter en su sistema un chute de alguna droga barata.

Pero otros, no... Uno sólo; la mira desde la oscuridad, admirando su belleza desde lejos, no por mucho.

La razón por la que cualquier hombre que viera a Angel haría todo por ella, sin importar las consecuencias, era por el simple hecho de que su nombre le hacía honor a su existencia misma, su presencia en ese bar, era cómo una luz que iluminaba todo a su paso, su belleza frágil a ojos de cualquier mundano ser, como un diamante en bruto, delicada. Suave, como una fina tela de seda que tiene la mala suerte de ser tocada por unos dedos que no merecen rozarla.