𝐼𝑛𝑜𝑠𝑢𝑘𝑒.

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Inició el invierno no hace mucho.

Es impresionante cómo el clima cambia mediante la época, inclusive en como gracias a éste y su temperatura correspondiente; las cosechas de alimento se pueden ver afectadas, tanto positivamente como negativamente.

A ______ le gustaba mucho el invierno.

Definitivamente, es su época favorita del año, sentir el frío en sus huesos era una locura, para así tomar una taza de té caliente y ver la luna, cómo todas las noches en invierno.

Vivía en la cima de una montaña, no muy lejos del pueblo. La cabaña donde residía, se encontraba totalmente rodeada de árboles y animales silvestres, un bosque.

Vivió allí toda su vida, por lo que sabía de memoria la gran mayoría del bosque, y a dónde puede recurrir si se perdía. Su abuela, también vivía en la cabaña, las dos se hacían compañía mutuamente.
Sus padres fallecieron hace muchos años... Un demonio los asesinó, _____ era muy pequeña para comprender que sus padres habían sido asesinados, por lo que no fue hasta que llegó su adolescencia que supo la verdadera causa de sus muertes.

Los demonios no podían atentar contra ella, ya que su abuela, pasó la mayoría de su vida estudiando acerca de éstos seres, analizando su comportamiento, sus debilidades y fortalezas. Por lo que, la cabaña estaba en medio de un círculo de aquellas curiosas flores hermosas, pero tóxicas para los demonios.

Y la única regla que impone su amable abuela, es no salir del círculo.
No cruzar el límite de las rosas.

Sin embargo, alguien la tentó a romper aquella regla.

***

—¿Ya te vas a dormir, abuela?— preguntó baja, sin quitar la vista del oscuro cielo, demasiado cómoda bajo la gruesa manta en sus hombros.

Bajó el rostro e hizo a un lado su flequillo para observar a su abuela, la cuál se había levantado de su gastada silla.

—Sí, estoy muy vieja como para irme a dormir tan tarde.— rió, acercándose lentamente a su nieta y así acariciar con cariño a la más joven, la cuál se regocijó sobre la suave caricia.

—Está bien. Dentro de unas horas entraré.— musitó, volviendo su vista al oscuro cielo, lleno de blancas estrellas y alguna fugaz.

— Tranquila, puedes entrar cuándo quieras, sólo...— hizo una pequeña pausa, suspirando suavemente— No salgas del límite.

—Confía en mí, vieja.— bromeó con ésto último, recibiendo como respuesta un golpe en su frente por parte de su abuela, la cuál luego recogió su propia manta e ingresó a la cabaña.

______ sobó su frente adolorida, mirando con sus cejas fruncidas hacia su abuela la cuál ya se encontraba adentro, observó como las luz de las velas perdían su color en señal de estar ya apagadas.

Quedó sóla, sentada afuera de la cabaña y teniendo enfrente suyo la total vista del bosque oscuro.

Sólo se oía el ruido de algunos insectos nocturnos, uno que otro pájaro haciendo su característico ruido y el satisfactorio sonido de los árboles moviéndose por el fuerte viento, éste último arrastrando su cabello a distintas direcciones.

ᴏɴᴇ sʜᴏᴛsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora