Chloe
¿Adam y yo? ¿En serio?
Esto tenía que ser un error; el profesor Allen estaba a punto de jubilarse, a lo mejor en un descuido había confundido nuestros nombre, porque él siempre me emparejaba con alguna de mis amigas.
De hecho, me acordaba a la perfección de que, en el segundo trimestre, Harley y yo grabamos un vídeo de cinco minutos explicando la segunda guerra mundial, incluso ella se pintó un bigote con lápiz de ojos negro para personificar a Hitler.
─ Profesor, ¿seguro que yo voy con Adam? Quizás has traspapelado esa lista y te has equivocado al formar los grupos.─ interpelé con un tono de voz más alto de lo usual, en un intento de tapar mis nervios.
No podía hacer el trabajo, no con él.
─ Señorita Flitcher, las parejas han sido conformadas con el objetivo de que todos aprendáis a cooperar y a poneros de acuerdo con personas con las que no os llevéis especialmente bien. Por esta misma razón, he unido a las dos clases, y tú harás el proyecto con Adam, ¿de acuerdo?─ Arqueó una de sus cejas hacia mí.
La comisura izquierda de los labios de Marie se elevó un poco.
─ De acuerdo, señor.
Agaché la cabeza para recolocarme un mechón de pelo. Mierda, iba pasar más tiempo del necesario con mi mayor enemigo, y por si fuera poco, su novia se regodeaba en mi miseria.
Enfoqué mi mirada hacia adelante, observando al chico con el que debería pasar alguna que otra tarde obligatoriamente; sus amigos y él estaban sentados en la segunda fila, mientras que Harley, Mimi, Nicolle y yo en la tercera.
Como si pudiera sentir que le estaba chamuscando la espalda con rayos láseres, Adam se volvió ligeramente hacia atrás y sus ojos grises conectaron con los míos.
Una ola de nostalgia me recorrió, ya que de niña solía perderme en esas nubes, pero, decidida a borrar esa sensación, aparté la vista de su rostro, conteniendo unos escalofríos repugnantes.
Después de aclaró en qué consistiría la tarea y las pautas a seguir para confeccionarla de manera correcta durante más de media hora, comencé a notar un pequeño dolor de cabeza.
Menos mal que el maestro se percató de nuestras caras apáticas y decidió dejarnos diez minutos para charlar con nuestras respectivas parejas y relajarnos un rato.
Harley se irguió con su mochila de Nirvana colgada al hombro y balbuceó hacia nosotras:
─ Quedamos en la salida.
Mimi y yo le contestamos con un "ok" y Nicolle le mostró su pulgar hacia arriba. Luego mi amiga pelirroja, ─a quien le temblaban las manos─, guardó su libreta de gatitos kawaii en su bolsa. Le deseé suerte, sin duda era la más tímida entre nosotras cuatro y le costaba relacionarse con personas que no pertenecieran a su círculo cercano.
Nicolle también se dispuso a irse hacia la mesa de su pareja, Jaden, por lo que me quedé sola en la clase, renuente a acercarme al demonio de cabello ondulado y porte sofisticado.
Sé que podía parecer una actitud inmadura, no obstante, yo no iba a dar el primer paso. Si de verdad quería hacer el proyecto y no suspender otra materia, que se dignara a venir.
Ojeé mi reloj de muñeca, faltaban menos de siete minutos para que la campana tocara. Aburrida, repasé concienzudamente la habitación y contemplé a Mimi conversando con Eric, sonreí inconscientemente, orgullosa de ella y de que hubiera abandonado su timidez junto a él.
Sin embargo, mi sonrisa se desvaneció al instante.
Su figura imponente se irguió delante de mí, proyectando una sombra gigante y alta, como un príncipe oscuro que no venía a asesinarme, sino a algo mucho peor. Mis neuronas hicieron un cortocircuito, porque rememoré lo que me dijo en la ducha:

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Dulce odio #1
RomantizmChloe siempre ha amado a Adam, hasta que él le rompió el corazón. ¿Podrá el tiempo cambiar sus sentimientos o...seguirán odiándose como hasta ahora? Chloe ¿Por qué tuvo que regresar? Y, lo más importante, ¿por qué parece odiarme cada vez que nos cr...