Capitulo 36

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Me estire con la intención de que mis músculos se destensarán, tallo mis ojos y hago cuentas en mi cabeza: cuatro días desde que estoy viviendo con Luke. Nada había pasado en estos días, a excepción de que John llegaba en los momentos más inesperados, y con eso me refiero a que llegaba cuando nosotros dos sobrepasábamos la línea. Si, nosotros ya tratamos tener ''sexo'' pero por obra del destino, no pasa. Quizá solo sea casualidad o simplemente nuestra relación no se puede extender en aquella manera. No había rastro de que mamá me quisiera de regreso en casa, según John ella la está pasando muy mal, porque en serio quería a Ashton. Hay mañanas en las que no quiero despertar y recordar mi situación, hay otras noches en las que solo quiero sujetar la mano de Luke y que él me diga que las cosas estarán bien. Me doy ligeramente la vuelta para asegurarme de que Luke está aún por mi lado, sonrió al ver que sí.

Lo agite con cuidado hasta que él hace puños sus manos y talla sus labios contra la palma de sus manos. ''Buenos días, Katie'' Dice roncamente. ''¿Haz dormido bien?''

Me acerqué a él y besé su nariz, y asentí. ''Y he despertado bien, ¿y tú?''

Mis labios tiemblan al sentir los dedos de Luke acariciarlos, son las nueve de la mañana y tenemos oportunidad. Y ambos lo sabemos.

''Bien....'' Susurra y quita la sabana de encima de nuestros cuerpos, me toma por la cintura y me atrae hacía él. ''Ahora estoy mejor''

Frota sus labios contra los míos, se recarga en el mango del sillón-cama y me siento a horcajadas en sus piernas. Cuando sus besos bajan hasta mi mentón puedo sentir la ligera ola de calor que retumba en mi cuerpo, provocando que suelte un gemido. El hace presión en mis caderas, las levanto y me empujo hacía enfrente, enrollando mis manos en su cuello y mordiendo el lóbulo de su oreja con fuerza.

''Te haré el amor, Katie''

Me congelé por completo, haciendo que las palabras se atoren en mi garganta y eviten el paso de ellas. Eso sonaba diferente, y yo quiero tratarlo. El baja las manos hasta los resortes de mi pantalón, bajándolo con dificultad a saltitos, cuando se deshace de él tímidamente lo veo. Aprieta sus labios y suspira pesadamente, me inclina hacia atrás y él se quita la camisa, tirándola al suelo. Cuando sentí su erección golpear la fina tela de mis calzoncillos cerré los ojos y entre mis pensamientos Ashton se mete, sintiéndome extraña porque él no es quien me está haciendo esto. Deslizo mis manos por su abdomen, admirando cada centímetro de él. El baja y sube sus manos por mi espalda al mismo momento en el que me besa, apoya sus puños en ambos lados de mis hombros, apoyándose contra el sillón-cama para no aplastarme, el toca su rodilla entre mis pliegues, haciendo que la ola de calor se vuelva más intensa, siento mi entrepierna arder y una vez más gemí. El coloca la yema de sus dedos en mi camisón, dudando si debería sacarlo o no. Por mi propia cuenta me la quito, haciendo que él sonría y se sienta menos avergonzado. Sentí que él jadea y gime roncamente, baje la mirada hasta sus shorts y claramente pude ver que le estaban apretando. Con las manos temblorosas lo deslizo hacía abajo, el cierra sus ojos y rápidamente se baja los boxers. Trato de no ver a su erección y sonrojarme, ladeo mi cabeza cuando el alza mis caderas, para después acariciarla y provocar aquel toque eléctrico en mí. Con ambas manos el baja mis bragas, al sentirme expuesta mi piel se eriza, él sonríe y murmura algo de lo cual no soy capaz de escuchar.

''Eres hermosa, Katie'' Repitió y lentamente frota sus dedos en mis pliegues, me retorcí y mordí mi labio con fuerza.

Siento mis mejillas y orejas arder, él se agacha y una vez más, me besa. Ya no puedo sentir mis labios, su sabor es exquisito, aún mantiene el sabor del zumo de naranja que se tomó la noche anterior. Mis piernas comienzan a temblar cuando él las separa, me levanta un poco y toma segundos para deshacerse de mi sostén. Él se aleja de mí por unos segundos, quitándome el calor que me brindaba. Vi borroso hasta que me percaté de que estaba deslizando el condón por su polla.

the neighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora