Capítulo 5

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En la sala de interrogatorios no puedo evitar pensar en ese mensaje ¿Sabe Alex algo que yo no sé sobre el homicidio de mi familia? Pero lo más importante... ¿Será Parte de todo esto?
Me volteó hacia la pared porque sé que me están observando y me siento muy incomoda. Pasan unos largos minutos en los cuales no entra nadie para hablar conmigo. Escucho un fuerte rechinido de puerta, lo cual me saca de mis pensamientos.

— Buenas noches señorita Messer, soy el detective Gutiérrez, el encargado del caso del homicidio de sus padres y su hermano, nos conocimos en el hospital en el que estaba internada ¿Recuerda?

— Sí, creo que lo recuerdo. Dígame ¿Han encontrado algo?

— No, nos ha sido difícil encontrar evidencia y sin su declaración nos será imposible encontrar a los responsables.
¿Por qué huyo del hospital?

— Quería visitar a mi familia en el cementerio, además ya no quería estar en el hospital.

Saca una grabadora de su bolsillo y la pone en el medio de la mesa.

— ¿Podría relatar lo que sucedió esa tarde en su casa?

— Yo... — Digo dudosa. — No sé por dónde empezar. — Froto mis sudorosas manos contra mi pantalón. — Hay mucho frío aquí ¿Podría darme una manta o algo?

— Sí, claro.

El detective sale de la sala unos minutos, froto mis brazos con mis manos para generar algo de calor, cuando el detective vuelve trae un suéter con el logo de la policía, me lo pongo de inmediato, me queda grande, pero es perfecto para que cubra mis manos también.

— ¿Hay algo más que pueda ofrecerle?

Niego con la cabeza.

— ¿Qué es lo último que recuerda de ese día?

— Lo recuerdo todo como si hubiese sido ayer. — Digo mientras fijo la mirada en el vidrio frente a mí. — Es solo que duele recordar. — Llevo mis manos a mi rostro.

— Puedo entender que se sienta de esa manera, pero tiene que decirnos lo que pasó, dependemos de su testimonio para seguir con el caso.

No sé cómo comenzar, los recuerdos brotan en mi cabeza sin ningún orden aparente, son demasiados, intento respirar profundamente para lograr calmarme, cierro los ojos e intento aclarar mi mente, finalmente en un momento de paz ya se como comenzar a contar aquella historia.

— Ese día mi hermano acababa de regresar de la escuela, yo regresé de la universidad un día antes, mis padres estaban en el comedor preparando la mesa para almorzar.
Fui a gritarle a Jonathan porque había tomado mis audífonos sin permiso, otra vez. Mientras discutíamos escuchamos a mi madre gritar, nos quedamos sin hablar por unos eternos segundos, le dije a Jonathan que se quedara allí y no saliera, abrí la puerta, camine por el pasillo hasta llegar a las escaleras, mi corazón latía a mil por hora, de repente al llegar a la mitad de las escaleras, vi a 3 hombres vestidos de negro, mi padre estaba tendido en la alfombra. — Cierro los ojos tan fuerte como puedo, hago una pausa, trago saliva antes de continuar. — Mi madre estaba de rodillas junto a él. — Hago otra pausa.

Confía o muere. (1/2) En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora