Nuestra estadía se había alargado un poco, era nuestro tercer día en Miami y seguía sin sentirme segura.
- ¿Te pasa algo? - Dijo muy preocupado.
-No puedo dejar de pensar en ese pobre hombre, Walter Bell, murió por mi culpa, todo fue mi culpa. Si hubiera muerto ese día nada de esto hubiera pasado.
- No digas eso Halley, no quiero que lo digas de nuevo.
Sonaba muy molesto y preocupado. Me abrazó y acaricio mi cabello.
- Fue un milagro que no murieras ese día, eso quiere decir que aun tienes un motivo por el cual vivir, se que es difícil pero no imposible y te prometo que juntos lo superaremos todo.
Mientras me abrazaba sentí como se aceleraba su corazón, me separo un poco de el y me miro con dulzura, acaricio mi rostro con una mano y con la otra tomo mi mano, después de unos segundos me separe de el.
- Soy como un imán. - Dije limpiando mis ojos de unas cuantas lagrimas.
- ¿A que te refieres?
- Solo soy un imán que atrae a la muerte.
- No, eso no es verdad.
- Si lo es. Y te pediré que por favor te alejes de mi. - Dije mientras caminaba hacia la puerta.
Terry me tomó de la mano para detenerme.
- Ni de loco me alejare de ti, ya te dije superaremos esto juntos. Recuerda, ayer dijiste que serias fuerte y que resolveríamos esto juntos.
Me miro fijamente a los ojos y limpio las lagrimas de mi rostro. Sus labios estaban cada vez mas cerca de los míos, nuestras respiraciones se sincronizaron en algún momento, sentía que mi corazón palpitaba cada vez mas rápido. Alguien toco la puerta de la habitación, me dio un beso en la mejilla, se separó de mi y abrió la puerta, los detectives Gutierrez y Carter entraron, ambos parecían preocupados.
- Señorita Messer, oficial Lawrence, buenos días. - Dijo el detective Carter.
- Buenos días detectives. - Dije algo desconcertada.
- Oficial Lawrence ¿Podría esperar en el pasillo? - Dijo el detective Gutierrez.
- Por supuesto.
Terry salio de la habitación y el detective Gutierrez me pidió que me sentara.
- Señorita Messer, hemos venido aquí para informarle que hemos encontrado una nota en la casa del abogado Walter Bell.
- ¿Y que decía?
El detective Carter me extendió una bolsa transparente que contenía un pedazo de papel.
Mientras mas investigues mas sangre se va a derramar, solo es cuestión de tiempo hasta que te encontremos.
- Entonces ¿Todo esto es mi culpa?
- No señorita Messer. No piense eso. Le aseguro que todo esto terminara pronto. Mientras tanto usted tendrá que estar lo mas lejos posible de aquí. - Dijo el detective Carter.
- ¿Cuando regresare a Kentucky?
- Hoy por la noche. Y esta tarde ira a la empresa de su padre, le conseguimos un abogado que la acompañara para decirle todo sobre los documentos que debe firmar.
- ¿Alguien sabe que iré hoy a la empresa?
- Nadie lo sabe. Pero tendremos que informarle al señor Fields para que nos facilite el acceso y se reúna con usted.
- ¡Claro que no! No le informaremos nada. Yo entrare a la empresa de mi padre cuando quiera sin permiso de nadie y el señor Fields se reunirá conmigo cuando yo lo diga.
Los detectives se miraban entre si, parecían sorprendidos por lo que acababa de decir, me imaginaban mas dulce, supongo.
- Esta bien, si así lo prefiere usted. - Dijo el detective Gutierrez abriendo la puerta.
- El abogado la esta esperando afuera. - Dijo el detective Carter señalando el pasillo
- Esta bien, muchas gracias detectives.
Salí de la habitación y allí estaba Terry con el abogado.
- Señorita Messer, el es tu abogado, Jorge Winslet.
- Mucho gusto en conocerla señorita Messer.
- Igualmente señor Winslet ¿Nos vamos?
- Por supuesto.
Salimos del hotel con los detectives y mi abogado. Terry condujo el auto, y pronto llegamos a la empresa de mi padre. Nos bajamos del auto y entramos.
- Señorita disculpe no puede pasar.
- ¿De que esta hablando? Vengo a hablar con el señor Fields.
- Necesita una cita, el señor Fields esta libre el miércoles de la otra semana a las 10:30 am. ¿Quiere la cita o no?
- No necesito una cita señorita, esta es mi empresa y aquí entro y salgo cuando yo quiera. Permiso.
- Señorita Messer. - Dijo muy apenada. - Lo lamento no sabia que era usted.
- No se preocupe, ahora lleveme con el señor Fields.
- Con gusto. Sigame por aquí.
La secretaria nos llevo al ascensor y subimos hasta el ultimo piso, caminamos por el pasillo y llegamos a la oficina del señor Fields. La secretaria se fue y abrí la puerta, el señor Fields estaba besándose con una mujer, la cual no era su esposa. La mujer salio de la oficina y el señor Fields estaba muy nervioso.
- Halley ¿Qué haces aquí?
- Estoy visitando mi empresa. Y vine por los papeles de las acciones de mi padre.
- Claro, por aquí en algún lado deje los documentos.
- Podrías darte prisa no tengo todo tu tiempo.
Por fin encontró los documentos y se los dio a mi abogado, el determino que los documentos eran legales y que no había ningún problema con ellos, pero decían que no podía tomar mi cargo hasta cumplir 21, los firme y se los devolvi al señor Fields.
- Que no se entere su esposa señor Fields.
- Aquí no paso nada Halley, no tiene nada de que enterarse.
- Por supuesto. - Dije sarcásticamente. - Ahora necesito todos los documentos de la empresa hasta la fecha, por favor.
El señor Fields salio de la oficina y regresó con una caja llena de papeles y sobres, me lo dio y se lo entregue a los detectives. El señor Fields me vio con odio mientras salíamos de su oficina.
- Te veré pronto Halley.
- Hasta entonces señor Fields. Salúdeme a su esposa.
Salimos del edificio y nos dirigimos al aeropuerto, en la madrugada ya estábamos en el aeropuerto de Kentucky y los agentes del FBI nos estaban esperando, regresamos a casa y por fin pude dormir.
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Confía o muere. (1/2) En Edición
Mystery / ThrillerLa familia de Halley es asesinada por desconocidos, ella es la única sobreviviente. Semanas más tarde, al despertar del coma inducido en el hospital un par de detectives le anuncian la muerte de su familia, luego la introducen al programa de protecc...