Capítulo 4

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Hay mentiras verdaderas y verdades que son mentira.

¿Pero cuál creer o como saber cuál es cual?.

—Dime, ¿cómo te fue?

—Alexa — tomo sus manos — nos irá bien, revise tu respuestas y saldrás bien

—¿Cómo que revisaste mis respuestas?

—Sólo observé

Entre cierra sus ojos y al no encontrar respuesta de mi parte fija su mirada buscando algo.

—Y ¿Owen?

— Estoy aquí — aparece detrás de mi

—Ah, lo siento no te vi

—No se preocupe — sonríe

Para y rebobina, ¿sonrió? y es que tiene una sonrisa muy cautivadora.

—Vamos a comer — Alexa me arrastra a la cafetería

Llegamos y como es normal que nos miren dejamos sus susurros y comentarios a un lado.

—¿Que vas a comer? — Alexa se pega a mi brazo

—No lo sé

—Espero que sea bueno y no comas ese emparedado de todos los días

—Owen, ¿que quieres comer? — lo miro

—Lo que sea que usted coma

Ya entiendo el por que de querer desmayarse cuando este chico habla o hace algo, tiene algo que intriga y es lo que me gusta.

Pedimos el almuerzo y nos vamos a sentar, el día no puede ser más perfecto por que siempre llega alguien que lo arruina.

—Micaela, de una vez te advierto...

—No vengo a pelear — se sienta

—¿A no?, por que siempre llegas a joder — ataca Alexa

—Estoy aquí para hacer las pases con las dos — junta sus manos — me disculpo también por lo que dije

Alexa me mira y ambas nos sorprendemos de lo que está diciendo.

—¿No estas poseída? — Alexa se aleja

Niega.

—Como dije, vengo a hacer las pases y pedir disculpas

—¿Cómo sabemos que es verdad? — limpio mi boca

—retire mi inscripción para reina de la universidad

Es que no le creo ni la papa.

—Aquí esta — muestra la hoja donde anularon su inscripción

—¿Esto es verdad? — Alexa toma la hoja — no lo puedo creer

—Si eso es cierto, solo debías pedir disculpas y no tomar una decisión tan repentina — me cruzo de brazos

—Como dije antes, es mi única muestra para disculparme por todo lo que dije e hice

Micaela Western, no te creo nada y se que algo tramas, confiar en ti es como confiar en Judas Iscariote versión femenina.

—Esta bien

Si va a jugar, yo tengo que hacerlo mejor.

—Aceptamos tus disculpas

Alexa no dice nada pero tampoco acepta lo que digo.

—Eso no asegura nada...

—Pero... — callo a Alexa — eso no quiere decir que tienes nuestra confianza, si la quieres ganatela — me inclino hacia ella — porque si me enteró de que esto es una mentira, las pagarás muy caro — tomo mi mochila y me levanto

La Dama Del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora