Capítulo 3

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Bajo las escaleras tomando las llaves de zafiro la cual me trajeron anoche.

—Mi lindo bebe — me coloco el casco y me subo

Las manos me hormiguean de sólo sostener el manubrio y acelerar esta belleza, conduzco sin afán.

Me estaciono frente a la universidad atrayendo la miradas de todos, me quito el casco y freno mentalmente ya que no soy a la única que miran.

—Pero que hombro — Alexa aparece de la nada

Todos se hipnotizan con el chico de 1.80, cabello negro corto, ojos grises, labios gruesos, hombros anchos, perfecto físico y piel morena que se baja de la moto.

—Viene hacia acá — tengo que sostener a Alexa que está apunto de desmayarse

—Señorita — se posa frente con su pose de soldado

Alexa me mira confundida y todos prestan atención cuando el moreno me habla.

—Aquí no me llames señorita — me cuelgo la mochila

—Lo siento, señorita Keira

A la mierda.

—Sólo llamame Keira y no quiero que actues como un soldado

—¿Lo conoces? — Alexa lo detalla de arriba a abajo

—Lastimosamente

Lo tomo del brazo alejándome para que Alexa no escuche.

—Se que estas cuidando y todo eso, pero hay reglas que debes obedecer

—Digamelas y las cumplo

Este hombre, ¿De dónde salió?.

—La primera es que aquí y donde sea no me llames señorita, sino por mi nombre

Asiente.

—Segundo: actuaras como uno más de la universidad, tercero: nadie debe saber que estas aquí para cuidarme — suelto aire — si sale otra regla te la diré

—Como ordené señorita

—¿Que te dije?

—Lo siento, Keira — pronuncia mi nombre como su fuese único

—Perfecto y otra cosa, ¿tu nombre?

—Owen Mansour

—Bueno, Owen, debo ir a clases

Me devuelvo, tomando el brazo de Alexa quien mira hacia atras a cada rato.

Toda la atención se la lleva el moreno que me sigue a todas las clases, sabe mezclarse como estudiante y las intrigas no se hacen esperar del por qué no se despega de mi.

—¿Quien es? —susurra

—Un amigo

—¿Un amigo?, si claro — lo mira — oye guapo, ¿tienes novia?

Le doy un codazo para que se calle.

—No, joven Alexa

Responde con una tranquilidad, como si la conociera de años.

—Sólo dile Alexa — como el emparedado

—A mi no me molesta que me diga joven — le sonríe con coquetería — y ¿dónde vives?

Ruedo los ojos por las estupideces que pregunta.

—Con la señorita Keira — lo dice tan normal

—¿Que?

La Dama Del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora