Capítulo 22

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Owen

Respiro hondo, no hay salida, ni opciones, es lo que creí cuando me encerraron aquí.

La perra de Alexa se ha dado el gusto de joderme, torturas que no me afectan, palabras que no me hieren, fui entrenado para soportar todo esto, pero el solo mencionar su nombre logra herirme.

La visita de Facundo fue una pieza clave para salir de este lugar, solo espero que logre encontrarlo.

—Hola bastardo

Llega Alexa con esa estúpida sonrisa.

—Ya que las torturas no te hacen nada, te llevare a un lugar más divertido — abre la reja y le pide a dos hombres que me saquen

Faltan unos segundos cuando fuertes detonaciones se escuchan arriba, aprovecho para ahorcar con las cadenas a los tipos y tiro del cabello a Alexa rodeando su cuello con mi brazo.

—Las llaves

—No saldrás de aquí

—Las lleves — aprieto el agarre

—Antes de que salgas de aquí ya tendrás una bala en tu cabeza — me las entrega

—Si pasa me llevaré el guste de verte muerta — quiebro su cuello

Me suelto las cadenas y le quito las armas a los guardias.

Debo llegar a ella y asegurarla, luego me cargare a el imbécil de Cris.

—Un gusto volver a verte — Admes aparece frente a la puerta

—Digo lo mismo — salgo y todo esta hecho un desastre — ¿donde está?

—En el palacio principal — empieza a correr

—¿Quién va por ella? — lo sigo

—Mis guardias — empieza a disparar

Disparo contra los tipos que se nos vienen encima.

—Ve por ella, yo te cubro — me dice y hombres llegan a su lado para apoyarlo

Corro hacia al palacio principal, esta destruido en ciertas partes, esto es una guerra.

Al llegar me encuentro con una masacre, cuerpo por todos lados y charcos de sangre.

—¡Señorita!

Se gira para verme y suelta el cuchillo, esta toda ensangrentada.

—Owen...

Se acerca poco a poco, esta más delgada, se ve agotada y esa mirada que no puedo descifrar.

—Señorita...

—Eres un idiota — me da una cachetada — ¿como pudiste? — me da otra — me mentiste

—Yo lo siento...

De repente me rodea el cuello con sus brazos besándome como nunca antes lo había hecho, la aprieto contra mi reafirmando aquel beso.

—Te odio, Owen — susurra contra mis labios — te odio

—Señorita — me separo — tengo que sacarla de aquí

Nos disparan de la nada, la cubro y disparo al tipo que estaba en el segundo piso.

—¡Tenemos que irnos! — llega Admes — ese imbécil mando a los mercenarios, están atacando el frente

—¿Admes? — inquiere ella

—Bella dama — sonríe — vamos al jardín, el helicóptero llegará allá

—Vamos — la tomo de la mano y corremos hacia el jardín

La Dama Del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora