Capítulo 20

71 6 0
                                    

Keira

Las malditas pesadillas han vuelto y no pude dormir en toda la noche por estar alerta de si llegaban a la casa.

Los destellos del sol mañanero se cuelan por la ventana de la cocina, el canto de los pájaros dan un ambiente sereno y tranquilo.

—Ha madrugado — llega Facundo — y a hecho café

—No pude dormir y la cafetera lo hizo

—¿Cuantas tazas lleva? — se sirve café y se sienta frente a mi

—Supongo que unas diez — me sirvo un poco más

—¿Supone? — levanta sus cejas — eso es mucho

—Si no me embriago de vino, entonces que sea de café

Ríe y ciertas arrugas se forman en su rostro.

—¿Cuanto llevo en la familia? — baja su taza

—Mucho tiempo...

—22 años, desde que nació — toma mi mano — y se que esa mirada carga con mucho

—Odio que me conozcan bien

—No la conozco bien, a medida que fue creciendo se convirtió en una experta al esconder lo que siente — medio sonríe — ni frente a su padre los mostraba totalmente

—Y dices que no me conoces

—No, por que no se lo que siente ahora y menos lo que esa mente destructiva esta planeando

—Mente destructiva — rio — soy mala

—Claro que no, es la persona más buena que puede haber y si no fuera así, no entregaría todo para que otros sean felices, aunque sabe bien que no debería de ser así, recuerde que debe ponerse primero usted y luego los demás

—¿Y si no puedo?

—¿Recuerda lo que dijo su padre?, el no puedo...

—No es una opción, que busque la forma de como hacerlo

—Así es, se que no se va a rendir y volverá esto un infierno, estoy seguro

—Y no soy mala — reímos

—Aveces lo malo es bueno

¿Pero que tan bueno puede ser?.

—Buen día, Owen — lo observo desde el reflejo del microondas

—Buen día, señorita — se acerca — doctor

—Toma esto, te ayudará —le doy mi taza

—Gracias — la toma y bebe — señorita

—Dime

—Esto tiene licor — la deja en la mesa y me da una mirada seria

—Si no la quieres — la tomo — yo si

—¿Tomo de mi licor ? — pregunta Facundo

—Solo fue un poquito — sonrió

—Le dará un paro etílico si sigue así — me quita la taza

—De algo hay que morir doc — le guiño un ojo

—¿Usted hablando de la muerte? — frunce su Ceño

—Lastimosamente si, pero todavía no quiero así que te haré caso

—Eso me alegra, pero...

Empieza a sonar la alarma.

La Dama Del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora