Narrado en tercera persona
Llevaba un tiempo pensando en cómo sería todo más adelante, los pro y contra a los que se enfrentarían, si podrán llegar más allá de lo imaginado.
El que no sienta arrepentimiento por esto la reconforta un poco, pero el que lo piense muchas veces le revuelve la mente.
Sin embargo, no se encuentra feliz por esto, su presentimiento la agobia y ya no sabe que esperar.
La luz del sol la molesta a la hora de querer retomar su sueño, se gira hacia el otro lado para abrazarlo pero él no se encuentra ahí.
—¿Owen?— lo llama, más el mencionado no responde
Cae en cuenta que puede estar cocinado como siempre lo ha hecho en los últimos días.
Se levanta, va al baño para enjuagar su rostro y baja para encontrarse con un silencio para nada agradable.
Vuelve a llamar a Owen pero no le contesta, entra a la cocina y no está, vuelve a la sala, una punzada golpea su pecho al encontrarse con aquella escena.
—¡Owen! — lo llama en desesperación
Corre hacia él, alterada y asustada al verlo tirado en el suelo, con heridas en su pecho, todo ensangrentado.
—Owen, responde
Toca su mano la cual esta tan fría que le da escalofríos a ella, en la desesperación de no entender lo sucedido, su vista se nubla, todo le empieza a dar vueltas y vuelve esa punzada en su pecho.
Cae al suelo, cerrando sus ojos poco a poco, siente que todo da vueltas y vuelve a abrir los ojos.
Mira detenidamente el lugar donde se encuentra, esta en la misma habitación, se sienta y toma aire, tranquilizandose para darse cuenta que fue una horrible pesadilla de la cual jamás piensa volver a tener.
Sus pesadillas estaban perdidas, pero al volver a ella complicaron su sueño, se sentía pesada y cansada como si no hubiese dormido lo suficiente.
Saco los pies de la cama, el suelo estaba frío y eso la ayudó a despertar un poco, va al baño, se mira al espejo y vuelve esa punzada en su pecho logrando que recordará aquella pesadilla.
Sacude su cabeza, decide bajar, ese silencio sigue ahí y ruega que esa estúpida pesadilla no sea real.
—¡Keira! — gritan su nombre y logra que de un brinco del susto.
—¡Facundo, ven! — grita su hermano alterado y se acerca a ella con un bastón
No entiende como puede caminar, si hace unos días estaba en silla de ruedas.
—Tu... tu... — lo señala, aclara su garganta ya que se le dificulta el hablar
—No se esfuerce — llega Facundo — siéntese — la lleva hasta el sofá y vuelve a irse
Todavía no entiende por qué tanto alboroto.
—No puedo creerlo— dice Admes al verla ahí sentada
Facundo llega con su maletín y empieza a examinarla.
—¿Pero que carajo les pasa? — se levanta bruscamente y se marea volviendo a sentarse en el sofá — ¿por qué tanto alboroto?
Ninguno dice nada, solo se miran entre sí y el doctor sigue con lo suyo.
—¿Donde está Owen? — mira a su hermano
Este agacha su cabeza y se limita a responder.
—Hice un pregunta, respondan — empieza a perder la paciencia ante su comportamiento tan extraño
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La Dama Del Infierno
Science Fiction¿Hasta dónde llegarías por los que amas?, ¿cuanto fuego puedes soportar?, ¿estas dispuesto a quemarte en el infierno sólo por probar sus provocadores labios? o ¿prefieres tomarla a la fuerza? Fuego vivo es lo que es, ese poder que la denomina, porte...