Calabria
Owen
No me tomo ni segundos en darme cuenta de que algo malo sucedió y que más adelante se pondría peor.
Ella está sentada en suelo, recostada del sofá y con una copa de vino en la mano mientras ve la televisión.
Me acerco en silencio cuando de un reaccionar me apunta con su arma.
—Soy yo, Owen — levanto las manos
Ni me mira y solo baja el arma, se llena la copa otra vez bebiendola de un solo.
—Señorita, ¿desde cuando está bebiendo?— me siento a su lado
—Se fue — decide tomar de la misma botella — me lo arrebataron — tira la copa contra la pared logrando romperla
—¿Que sucedió?
Me mira, tiene los ojos cristalizados pero no suelta ni una lagrima.
—Taylor, mi Taylor — se termina la botella — falleció ayer, no soporto y le dio un paro
Esto es muy malo.
—Lo siento, yo...
—Esta bien — toma otra botella
Aunque no fuimos tan cercanos, me duele que se allá ido así.
—Debería parar — bajo la botella — es suficiente para usted
Me vuelve a mirar y ya no tiene esa tristeza en sus ojos, ahora es... Ira
—¿Por qué no volvemos loca a está noche? — dibuja una sonrisa malvada en su rostro y se levanta
Carga un leggings negro con un top y una chaqueta negra de cuero, me encanta cuando se viste así.
—¿Qué piensa hacer?— me levanto acercándome a ella
—No preguntes tanto — se va al armario y saca la maleta con armas
Se coloca el cinturón con su arma escondiendolo tras su chaqueta, guarda unos explosivos junto a otras cosas en la mochila y me la entrega.
—Esta muy ebria para salir — la sostengo cuando se tambalea
—Puede que parezca ebria — se para derecha — pero aquí, estoy muy consiente — señala su cabeza — bien, ahora vamos — me toma de la mano llevándome con ella
No puedo creer que en el estado que está pueda caminar y bajar las escaleras con esos botines de tacón.
—Zafiro dos, eres preciosa
—Espere —la tomo de la cintura antes de que se suba a la moto — yo conduzco
—Solo yo la puedo motar — se cruza de brazos
—Pero no puede conducir en ese estado
—Dije que solo yo la manejo — me mata con la mirada
Entre la disputa de si la maneja o no, ella quedó ganando y yo quedé siguiéndola en mi moto.
Ella es más peligrosa estando ebria, maneja como si no hubiese bebido ni una gota de alcohol y la manera en que corre por la carretera, es como si fuese una ligera pluma.
Nos detenemos frente a un gran portón que da a una casa un poco deteriorada.
—Ponte esto — me da un cubrebocas, me lo coloco y ella lo hace igual
No se lo que planea, ni donde carajo estamos, solo la sigo.
Empuja ambas puertas de hierro, dos hombres se acercan y ella les dispara en la cabeza con el silenciador.
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La Dama Del Infierno
Science Fiction¿Hasta dónde llegarías por los que amas?, ¿cuanto fuego puedes soportar?, ¿estas dispuesto a quemarte en el infierno sólo por probar sus provocadores labios? o ¿prefieres tomarla a la fuerza? Fuego vivo es lo que es, ese poder que la denomina, porte...