Personajes de Thomas Brodie-Sangster // One Shots

𝐏𝐚𝐮𝐥 𝐌𝐜𝐂𝐚𝐫𝐭𝐧𝐞𝐲

La cálida luz del Sol contactaba directamente con tus hombros al desnudo, tu cabello, una cascada de rizos que pasaba tiernamente por tus hombros y colgaba a las alturas de el grueso árbol sobre el que estabas recostada. Movías tus piernas de un lado a otro, haciendo vislumbrar tu tez blanca bajo el Sol. Paul se encontraba sentado a la par del árbol sobre el que tu estabas recostada, llevaba su guitarra consigo, así como siempre hacía. Tocaba adorables melodías con ella, haciéndote tararear inconscientemente junto a las melodías que tocaba.

Desde la cima del tronco del que colgabas, tu mano viajo hasta unos cortos metros abajo, todo para acariciar el suave cabello de Paul que se inmutaba y se sonrojaba bajo tus caricias. Él tomo tu pequeña mano y dejó un beso en esta, después de un momento la soltó para seguir tocando su guitarra.

Suspiraste soltando el fresco aire que se respiraba en aquel parque silvestre, no habían muchas personas, solo una pareja en un picnic a la orilla del lago y unos niños alimentando a los patos del otro lado. "Tenemos el parque para nosotros, Paul." Dijiste emocionada momentos antes de llegar mientras sujetabas la mano de tu novio, él te besó en respuesta, con una sonrisa adorable, apreciando tu pequeña emoción.

Pusiste tus lentes de Sol en tu cabeza y saltaste del árbol, aterrizando a unos pocos metros de Paul que no reaccionó hasta sentir el peso de tu cabecita sobre su hombro y tu respiración tranquila golpeando en su cuello.
Te miró con amor por un momento y puso su brazo al rededor de tu cintura y miro a tu cara fijamente para después apretar sus labios contra los tuyos y hundir sus manos en la gloria de tus castaños cabellos rizados, por un momento te sentiste fuera del mundo en sí. Los besos de Paul siempre te transportaban a lugares fantásticos y te hacían preguntarte que otras maravillas escondía Paul en su interior.

- Un café y una chica hermosa me vendrían muy bien en estos momentos.- Susurró en tu oído causando un estremecimiento creciendo por todo tu cuerpo.- ¿Vienes?.

Paul ya se había levantado y ofreció su mano caballerosamente para ayudarte a levantarte, la aceptaste sin dudarlo y enredaste tu brazo con el de él para acercase solo un poquito más, entonces Paul besó con cariño tu frente y salieron del parque, dejando el fresco y dulce aroma atrás por un momento.