𝐏𝐚𝐮𝐥 𝐌𝐜𝐂𝐚𝐫𝐭𝐧𝐞𝐲

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La música rockanrolera resonaba por todo el bar, los chicos, John Lennon y su grupo tocando y animando al público, haciéndolos danzar al ritmo de la música.

- Lo haces bien, amigo.- John murmuro por lo bajo guiñándome un ojo mientras continuábamos con el espectáculo, mis dedos rascando ansiosamente mi guitarra mientras las vibraciones de la música me hacían mover la cabeza de arriba a abajo y me era imposible no sonreír ante el breve destello de euforia, eran estos pequeños momentos de fugaz felicidad los que hacían que todo valiera la pena.

La canción estaba por llegar a su fin, despegué la vista de mi guitarra para ahora centrarme en el público. La multitud entera, moviéndose al ritmo de nuestra música, era casi imposible de creer. Mis ojos viajaron a través del grupo de chicas que se encontraban hasta el frente, todas ellas moviéndose al ritmo del rock y soltando risitas. Yo ya había puesto mis ojos en una.

Ella no paraba de mirarme y tenía una sonrisa tal dulce... suspiré y volví la vista abajo a mi guitarra, sintiendo el sonrojo teñir mis mejillas. Ella estaba viéndome, lo sabía por seguro, podía sentir su mirada dulce aunque persistente sobre mí. Llevaba toda la noche ahí, escuchándonos a mí y a la banda, moviendo su cabeza al ritmo de la sintonía y bailando de aquí para allá.

Mentiría si digo que no llevo observándola desde que llegó aquí.

Y ahí estaba ella, en medio del público, con su elegante figura, moviendo sus pies sobre el suelo de madera, como hojas al viento, mientras siento que el corazón me late con fuerza contra el pecho, como si solo fuera ella y el mundo se detiene con un sentimiento de ensoñación abarcándome. Me roba el aliento mientras su vestido rojo ondea alrededor de ella y me observa de vez en cuando tratando de disimularlo con sus ojos que reflejan una luz que me ciega... era más que especial.

- ¡Diablos, lo hicimos fantástico amigo! - John exclamó golpeándome con la palma de la mano en el hombro.

- ¿Huh? - Balbuceé como saliendo de un trance, ni siquiera me había dado cuenta de que la canción había terminado, mis ojos solo estaban puestos en ella, y los de ella en mí, al parecer.

- Vamos, bebamos un trago. - John propuso bajando del escenario y dirigiéndose a la barra, lo seguí.

Cansado y sin aliento volví al backstage, se estaba haciendo tarde y prefería tener mis pertenencias listas antes de que el camión pasara a recogerme a mí y a los chicos.

Mi aliento se atoró en mi garganta con un sonido ahogado y mis pies se detuvieron en seco junto a la puerta. Ahí, sentada casualmente, estaba ella, en ese vestido rojo inconfundible. Suspire y aspiré profundo antes de armarme de coraje para entrar.

- Hola... - Balbucee torpemente, ella alzó la mirada y pude admirar sus facciones más de cerca y con más detalle. Me dedicó una sonrisa amigable.

- Hola... - Ella dijo dulcemente observándome desde su asiento y fue lo necesario para dejarme completamente sin aliento mientras mis ojos la analizaban de pies a cabeza. A ella no pareció importarle.

- ¿Tienes nombre? - Cuestione suavemente.

- ____... - Murmuro igualando mi tono.

- "____..." - Repetí saboreando las palabras. - No quisieras ser grosero, ____, pero ¿qué haces aquí?

Sus mejillas se tiñeron de un leve sonrojo y apartó la mirada.

- Oh... - Dice sonrosada aclarándose la garganta - Estoy... bueno... estoy esperando a mi amiga.- Dice apuntando a la puerta del baño, observe la chaqueta de John tirada en el suelo y lo comprendí todo.

- Oh... - Replique igualmente con incomodidad, el ambiente se estaba volviendo más acalorado y tenso, a mi parecer, tenía que sacarla de allí. - Bueno... ¿Qué te parece si vamos afuera por un poco de aire? - Le pregunté gentilmente, teniéndole mi mano. Para mi alivio, ella la tomó con una sonrisa tímida, levantándose del sofá y siguiéndome hasta la salida del bar. Caminamos por la acera bajo la noche fría y estrellada.

Personajes de Thomas Brodie-Sangster // One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora