corazones temblando

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Almas tentadoras cayendo en la tentación para liberarse de ella. Para liberarse de lagunas vacías reflejadas en nuestras pupilas. Un ser lleno de espinas aterciopeladas por pétalos de rosas. Rosas que marchitan poco a poco, despacio, que sin pestañear son solo vistas las espinas. Espinas ocultas tras copas de vino vaciándose, una tras otra. Con buena compañía o sin ella. Con la soledad a tu lado o entre tus manos como una lluvia incontrolable, una lluvia débil que no cesa aunque uno quisiera. Con paraguas o sin él. Bajo un techo del que poder refugiarte de la cortina de agua que te permite poder respirar de nuevo, que te permite quitarte las penas aunque sea contradictorio. Quedarte frígido ante la tempestad, mojándose poco a poco tu cuerpo, tu ropa, tu pelo. Sentir que el oxígeno se te agota, se congela. El dolor frío en tus manos deseando salir del bucle, del infierno anhelando el calor del sol. Deseando transportarme de nuevo aquél mundo paralelo, salir de nuevo al exterior, a los pies de la playa sin mirar atrás.
Soy capaz de mantener los ojos cerrados. A confiar a quién tengo a mi lado. Soy capaz de terminarme la copa de vino agridulce, percibiendo el placer erizante de todos aquellos lugares dónde nunca había sentido antes.
Soy capaz de revolcarme al ritmo de la vida entre acelerones y frenazos en seco que me dejen sin aliento, pero con ganas de más. Con ganas de que me hagas temblar haciéndome recordar dónde estamos. Dejándome tocar despacio para demostrarte lo que puede disfrutar un corazón que está temblando.

Reflejos del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora